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Cancún, 15 de julio.— La organización criminal conocida como “La Barredora” mantiene operaciones activas en la zona norte de Quintana Roo, particularmente en Cancún, Playa del Carmen e Isla Mujeres, donde se le atribuyen delitos como extorsión, cobro de piso, distribución de drogas y homicidios. Reportes oficiales y medios especializados han documentado su presencia entre 2022 y 2025, vinculando su avance con la disputa territorial entre células locales y remanentes de grupos como el CJNG y el Cártel de Sinaloa.
Orígenes y expansión
“La Barredora” se formó alrededor de 2010 en Acapulco, tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, como una escisión del cártel del mismo nombre. Fundada por Eder Jair Sosa Carvajal, alias “El Cremas”, y Víctor Aguirre Garzón, esta célula impuso una etapa de extrema violencia en Guerrero, con el objetivo de “limpiar” territorios de rivales o civiles que se negaran a cooperar.
Durante su primera etapa, el grupo operó en el trasiego de cocaína, y el comercio local de marihuana y cristal. Más adelante, estableció alianzas operativas con remanentes del Cártel de Sinaloa y posteriormente con células del Cártel Jalisco Nueva Generación. Esta estrategia de conveniencia permitió que “La Barredora” se expandiera hacia el sureste del país, incluyendo Veracruz, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.
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Llegada a Quintana Roo
Entre 2017 y 2020, operadores del grupo se establecieron en Cancún y Playa del Carmen, según fuentes de inteligencia federales y reportes de prensa nacional. Su presencia quedó registrada en expedientes de la entonces PGR (hoy FGR) y en carpetas de investigación estatales que los vinculan con ejecuciones selectivas, extorsión a bares, restaurantes, transportistas y empresas de seguridad privada.
De acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado (FGE), entre 2021 y 2023 se abrieron al menos 12 carpetas de investigación relacionadas con individuos que se identificaban como parte de “La Barredora”. Los delitos incluyen homicidio calificado, amenazas, delitos contra la salud y portación de armas exclusivas del Ejército.
En abril de este año, fue detenido en la zona continental de Isla Mujeres un sujeto identificado como Fredy N., quien portaba varias dosis de narcóticos y afirmó pertenecer a esta célula criminal.

Nexos institucionales: el caso Tabasco
La organización también ha sido vinculada con estructuras institucionales en el sureste. El caso más documentado es el del exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, contra quien pesa una orden de aprehensión por presuntos nexos con “La Barredora”. Fuentes federales señalan que, durante su gestión, el grupo operó con protección oficial y omisiones deliberadas en operativos clave.
Entre 2020 y 2024, Tabasco fue epicentro de una expansión violenta: pasó de 253 homicidios en 2023 a 894 en 2024, según el Secretariado Ejecutivo. El estado también encabezó el índice nacional de delitos con arma de fuego, con una tasa de 33.6 eventos por cada 100 mil habitantes.
Actualmente, Bermúdez se encuentra prófugo, con ficha roja de Interpol, y el caso ha generado tensiones dentro de Morena, entre el gobernador Javier May y su antecesor Adán Augusto López.

Impacto en Cancún y contexto regional
En Cancún, la actividad de “La Barredora” ha coincidido con el repunte en los delitos de alto impacto. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo, Quintana Roo se ubicó entre los estados con mayor incidencia en extorsión y homicidio doloso por cada 100 mil habitantes entre 2022 y 2023.
En zonas como la zona hotelera y las colonias periféricas, se han documentado narcomantas, amenazas contra negocios y ejecuciones que coinciden con la disputa por el control del narcomenudeo.
Pese a operativos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la FGE, la célula no ha sido desarticulada completamente y mantiene operaciones móviles, con vínculos aún por esclarecer.


Investigaciones abiertas
Aunque no se han revelado casos de vínculos directos entre funcionarios de alto nivel de Quintana Roo y esta organización, las investigaciones continúan y las autoridades han confirmado que existen expedientes abiertos que relacionan a “La Barredora” con actividades delictivas en la región.
El caso Tabasco reactivó los focos de alerta sobre el riesgo de penetración institucional. Especialistas en seguridad apuntan que el modelo de expansión de esta célula depende de vacíos de autoridad, corrupción local y alianzas coyunturales.
Panorama actual
Tanto el sector empresarial como ciudadanos han documentado casos recientes de amenazas, extorsiones y violencia focalizada. Aunque en ocasiones estos hechos pasan desapercibidos en el flujo turístico, configuran un problema estructural de seguridad pública que las autoridades locales ya reconocen como una prioridad operativa.