La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, nuevamente en el ojo del huracán. Tras polémicas previas, su reciente viaje de verano a Ámsterdam ha desatado una ola de críticas, poniendo en cuestión la tan pregonada austeridad republicana y evidenciando un patrón de viajes lujosos 4T entre figuras prominentes del oficialismo.
La controvertida escapada de Layda Sansores a Ámsterdam
La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, se encuentra una vez más en medio de la polémica, esta vez por su viaje de vacaciones de verano 2025 a Ámsterdam, capital de Países Bajos. Esta situación surge luego de previas controversias, como la aplicación de la «Ley Mordaza» a un periodista, calificada como censura por especialistas en derechos humanos, y la polémica por el caso MrBeast. La crítica principal radica en la ostentación que representa elegir un destino como Ámsterdam, ciudad considerada cara por diversos sitios web de viajes, especialmente en comparación con otros destinos europeos.
Los costos elevados de alojamiento, comida, transporte y actividades turísticas en Ámsterdam suelen ser más altos que el promedio europeo. Un informe de la plataforma de alquiler HousingAnywhere, de enero de este año, destaca a Ámsterdam como la ciudad más cara para alquilar en el continente, lo que subraya el alto nivel de vida requerido para vacacionar allí.
Sansores fue vista en el aeropuerto de México, con su «característica melena roja», jalando su equipaje con ruedas y acompañada de otras personas, mientras se disponía a realizar su viaje a Países Bajos. Este proceder ha generado un fuerte cuestionamiento en redes sociales, donde usuarios le reprochan la incoherencia entre su actuar y la austeridad que su mentor, Andrés Manuel López Obrador, ha pregonado como pilar de la Cuarta Transformación.
En las plataformas digitales, el descontento se manifestó con comentarios como: «La gobernadora de Campeche Layda Sansores yendo de viaje Amsterdam. Porque la austeridad es para los votantes, no para los políticos…» compartido por Jorge Garcia Orozco (@jorgegogdl) el 6 de agosto de 2025. Otra crítica, de José Díaz (@JJDiazMachuca) el mismo día, señalaba: «Merecidas vacaciones…La Layda Sansores, después de someter a periodistas en Campeche, se va a pasear a Ámsterdam, Holanda. La austeridad de la 4T sigue dando ejemplos. Los que dijeron no eran iguales, salieron peores». Estas reacciones evidencian la percepción de que la «austeridad republicana» y la «pobreza franciscana» no aplican para los políticos de Morena.
Los «mirreyes de la 4T»: un patrón de dispendio en la élite gobernante
El viaje de la gobernadora Sansores no es un caso aislado. Se suma a una serie de exhibiciones de viajes y gastos suntuosos por parte de otras figuras de Morena, quienes, a pesar de pregonar la austeridad, incurren en actos de dispendio que contradicen el discurso oficial. Este patrón ha llevado a que se les etiquete como los «mirreyes de la 4T».
Entre los señalados por vivir una «vida de reyes» en el extranjero durante la temporada estival de 2025, destacan:
- Andy Manuel López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, fue visto en un oneroso viaje a Tokio, realizando compras en la exclusiva tienda Prada y comiendo en lugares propios de magnates.
- Mario Delgado, secretario de Educación Pública (SEP), quien viajó a Lisboa, Portugal.
- Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, captado en Madrid, España.
La incoherencia entre el discurso y la acción también se ha manifestado en el uso de ropas y objetos de marcas de alta gama. El diputado federal de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, y su esposa, Diana Karina Barreras Samaniego, legisladora del Partido del Trabajo (PT) y conocida por el caso “Dato protegido”, han sido exhibidos por su estilo de vida, que contrasta con los principios de modestia y austeridad que, en teoría, rigen la Cuarta Transformación.
La fractura entre el discurso y la realidad: ¿dónde queda la austeridad republicana?
Estos episodios revelan una fractura significativa entre la narrativa oficial de la «austeridad republicana» y la «pobreza franciscana» impulsada por el presidente López Obrador, y la realidad del comportamiento de sus principales operadores políticos. La percepción pública, reflejada en las redes sociales, es que estas directrices aplican selectivamente, generando un doble estándar que erosiona la confianza y credibilidad de la clase política de la 4T. El contraste entre la exigencia de contención del gasto público y los gastos personales suntuosos de sus líderes plantea interrogantes fundamentales sobre la coherencia ideológica y la verdadera naturaleza del proyecto político en curso.