
Mario Villanueva debería de estar de vuelta en el Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial (Ceferepsi), en Cuautla, Morelos
Por cierto, en este penal federal estaría con otro exgobernador de Quintana Roo: Roberto Borge.
Pero, “el ingeniero”, como le dicen sus amigos, evitó la cárcel. Otra vez alegó enfermedad.
El juzgado Sexto de Distrito de Quintana Roo (ubicado en Chetumal) le dio la suspensión provisional automática. Se trata de esas suspensiones que en el mundillo leguleyo le llaman que son como vasos de agua, porque no se lo niegan a nadie, en virtud de que está en juego un derecho humano esencial.
El exgobernador cumple su condena en prisión domiciliaria desde 2020. Obtuvo esta beneficio en la pandemia de covid por razones obvias.
En contraste al abuso de poder y actos de persecución política y represión que caracterizaron su gobierno, Mario Villanueva ha recurrido al martirologio y la victimización desde empezaron a surgir las acusaciones en su contra por vínculos con el narcotráfico.
Hoy Villanueva de nuevo ha tenido una recaída en su salud.
Lo cierto es que su situación política no es la mejor en los gobiernos de Morena. Todo parece que no tendrá ni amnistía ni perdón de la 4T