
El río Guadalupe se convirtió en una trampa mortal tras las torrenciales lluvias en Texas. La tragedia ha dejado al menos 51 víctimas mortales, incluyendo 15 menores, y la angustiosa búsqueda de 27 niñas desaparecidas en un campamento cristiano. La devastación ha movilizado a cientos de rescatistas y ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del estado.
El Desastre en Kerrville y la Búsqueda Desesperada
Las inundaciones repentinas, desatadas por lluvias torrenciales, golpearon con fuerza el condado de Kerr, donde se reportaron 43 de las 51 víctimas mortales. El *sheriff* Larry Leitha informó que 850 personas fueron evacuadas, incluyendo ocho heridos.
Campamento Devastado y Niñas Desaparecidas
La peor parte se la llevó un campamento de verano cristiano a orillas del río Guadalupe. De las 750 niñas que asistían, 27 permanecen desaparecidas.
- El agua arrasó con todo a su paso, dejando un paisaje desolador.
- Autos varados, cabañas destruidas y el lodo cubriendo cada rincón.
- Familias enteras llegaron al lugar con la esperanza de encontrar a sus hijas.
Dalton Rice, dirigente municipal de Kerrville, lidera los esfuerzos para dar con las menores.
La Angustia de los Padres
Michael, un padre desesperado, condujo 150 km desde Austin para buscar a su hija de 8 años. Solo pudo recuperar sus pertenencias en medio del caos.
Respuesta Gubernamental y Ayuda Federal
El *gobernador* de Texas, Greg Abbott, declaró el estado de desastre y solicitó recursos federales al *presidente* Donald Trump.
- Abbott prometió que Texas hará todo lo posible para encontrar a los desaparecidos.
- Trump aseguró que Kristi Noem, *secretaria* de Seguridad Nacional, visitará la zona.
- Trump expresó sus condolencias a las familias afectadas.
Nim Kidd, jefe del departamento de gestión de emergencias de Texas, aseguró que “Seguiremos buscando hasta que encontremos a todos los desaparecidos”.
El Impacto del Cambio Climático
Las inundaciones repentinas no son inusuales, pero los científicos advierten que el cambio climático intensifica estos eventos extremos. Las lluvias torrenciales en Texas, con más de 300 milímetros en una noche, son un claro ejemplo de esta realidad.