
Redacción
COZUMEL.- Este fin de semana, activistas y ciudadanos de Cozumel reforzaron su oposición a dos proyectos portuarios considerados altamente perjudiciales para el ecosistema insular: la construcción del cuarto muelle de cruceros y la ampliación del muelle SSA México.
El primero y el más peligroso, según activistas, si tiene permiso en Manifestación de Impacto Ambiental, mientras que la ampliación del Muelle SSA México ya ingresó su solicitud a la Semarnat.
En un llamado a la acción, convocaron a la comunidad a firmar una petición dirigida a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), solicitando la cancelación definitiva de ambos proyectos
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Las firmas se recolectaron durante el sábado y domingo en la isla. Un sitio fue el restaurante Sunset Cozumel, donde se congregaron decenas de activistas. En un video difundido por la activista Liliana Macotela, se observa la participación activa de la ciudadanía en defensa de los recursos naturales, en especial de Playa Mía y el arrecife Villa Blanca, dos zonas que se verían directamente afectadas por los desarrollos portuarios.
“El llamado es claro: detener estos proyectos antes de que causen daños irreversibles. El sector privado ha sido ampliamente beneficiado durante años, mientras la isla sigue enfrentando rezagos sociales y ambientales”, declaró una de las voceras del movimiento.
Los activistas insistieron en que no están en contra del turismo ni de la inversión extranjera, sino de un modelo de desarrollo que ignora los límites ecológicos del territorio. “Queremos un turismo que cuide, no que destruya. Sin naturaleza, no hay turismo posible”, enfatizó otra de las participantes, quien también apeló a una mayor responsabilidad empresarial y gubernamental.
El proyecto del cuarto muelle, aprobado durante la administración anterior, ha sido duramente criticado por organizaciones ambientalistas locales y nacionales, que alertan sobre su impacto en los arrecifes, la biodiversidad marina y la economía sustentable de la isla.
A pesar de que las autoridades aseguran que estas infraestructuras traerán beneficios económicos, los opositores argumentan que las afectaciones ambientales serían mayores y permanentes, comprometiendo el futuro de las próximas generaciones.