Desde Ciudad de México, insisten en la posible ruptura entre Morena y el Partido Verde en Quintana Roo, y no están solos.
En medios especializados se ubica a Quintana Roo entre los cuatro estados donde el PVEM podría competir sin alianza en 2027.
Los otros tres son San Luis Potosí, Zacatecas y Guerrero.
En la capital azteca sigue retumbando lo ocurrido no hace mucho en Cozumel, donde la dirigente nacional del Verde, Karen Castrejón, declaró:
“Por supuesto que trabajaremos para gobernar Quintana Roo”.
La frase sigue retumbando en la capital, interpretada como una señal inequívoca de que el Verde ya no se conformará con ser socio menor dentro de la 4T.
El mismo análisis resalta:
En San Luis Potosí, el gobernador Ricardo Gallardo impulsa a su esposa como candidata, desafiando incluso la reforma contra el nepotismo promovida por Sheinbaum.
En Zacatecas, el senador Carlos Puente ya se autodestapó, mientras Morena vive una disputa interna con los Monreal.
En Guerrero, el Verde apuesta por la propia Castrejón como figura fuerte y propone que sea incluida en la encuesta de Morena.
En todos los casos, la narrativa es la misma: el Partido Verde ya se siente con fuerza propia, y Quintana Roo aparece como el primer escenario de una fractura que podría escalar a nivel nacional.
