
Parece que en Palacio Nacional no saben distinguir la diferencia entre Cancún, Mérida y Campeche.
Y es que la presidenta Claudia Sheinbaum metió en un solo costal a Cancún, Mérida y Campeche en la reasignación de efectivos de la Guardia Nacional (GN) a la Frontera Norte, con la esperanza de que Donald Trump “pause” al menos un mes la aplicación de aranceles de Estados Unidos a México.
El criterio fue enviar elementos de la GN desde las plazas más tranquilas o con incidencia delictiva a la baja para tranquilizar al “Hombre Naranja”.
Y sí, en efecto, Mérida y Campeche son paraísos contra la delincuencia, pero Cancún y todo Quintana Roo, no.
De hecho, Quintana Roo es “líder” en varios delitos a nivel nacional, según el Secretariado Nacional de Seguridad Pública.
Pero, al parecer, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México se dejó llevar por la ruta del Tren Maya… o porque en los tres lugares hay tortas de cochinita.
La realidad es que la inseguridad en Cancún va en aumento, y si la estrategia de la 4T es enviar efectivos de la GN a los estados o ciudades donde hay problemas, no se entiende la razón de descubrir al destino turístico más importante de México.
De hecho, esta ha sido la estrategia recurrente cuando hay sobresaltos en Cancún: la respuesta inmediata es mandar efectivos de la GN.
Y una vez más se confirma que Cancún y el turismo no están entre las prioridades del Gobierno Federal.