
La Presidenta Claudia Sheinbaum cuestionó al Instituto Nacional Electoral (INE) por descalificar a 24 aspirantes ganadores a magistraturas de circuito después de la elección judicial. El señalamiento, vertido en la conferencia matutina, va más allá de un debate técnico; revela una tensión subyacente en la relación Ejecutivo-organismo electoral y las complejidades inherentes a la anunciada Reforma Judicial.
El Nudo del Proceso: ¿Antes o Después?
El INE, tras siete días de revisión, anuló la elección para 24 espacios argumentando que los ganadores no cumplían los requisitos académicos mínimos (promedio de 8 en licenciatura y 9 en especialidad).
La justificación del organismo: Una exhaustiva verificación de 847 expedientes.
Incluso, involucraron a 125 abogados para clasificar más de 55 mil materias y ponderar promedios.
La crítica de Sheinbaum es directa: la revisión debió realizarse antes de la votación.
Análisis del Señalamiento Presidencial
La insistencia de la Presidenta en el timing de la descalificación no es trivial.
Lectura Política: Podría interpretarse como un nuevo golpe al INE, cuestionando su eficiencia y capacidad operativa precisamente en un contexto donde se debate su rol futuro ante la Reforma Judicial.
El Factor Judicial: Al descalificar ganadores, el INE interfiere de facto en la conformación inicial de un Poder Judicial que la virtual presidenta busca renovar. Sheinbaum desea dar espacio a los “nuevos juzgadores”, pero este incidente muestra que el filtro electoral y normativo sigue siendo un factor, independientemente del resultado en las urnas.
Vacíos y Contradicciones: Si bien Sheinbaum afirmó que el tema afecta a solo el 0.3% de los candidatos, la anulación de 24 espacios ganados es significativa y expone posibles vacíos o ineficiencias en el proceso inicial de registro y validación por parte de ambas partes (quienes postularon y quienes validaron).
La Defensa del INE y la Complejidad Técnica
La defensa del INE se centra en la rigurosidad y el tiempo invertido (7 días, revisión de miles de documentos).
Descalificar después de ganar es legalmente viable si los requisitos de elegibilidad no se cumplen. El debate técnico se centra en si era evitable o si el sistema de verificación previo es deficiente.
El organismo electoral se ve forzado a hacer valer la norma académica, un requisito que no surge del voto popular, sino de la ley. Esto subraya la tensión entre la legitimidad de origen (voto) y la legitimidad técnica (requisitos legales).
Sheinbaum y la Visión de la Justicia
Más allá de la crítica al INE, las declaraciones de Sheinbaum reiteraron su visión para el Poder Judicial.
Enfatizó que el objetivo es “acabar con la corrupción”, no modificar la base del Sistema de Justicia Penal Acusatorio.
- Señaló que los problemas no son necesariamente “huecos en la legislación”, sino el abuso de procedimientos como el amparo, que permite “largos procesos”.
Esto último es clave: apunta a que la reforma podría enfocarse no solo en la elección de jueces, sino en acotar o redefinir procedimientos legales que, desde la óptica del Ejecutivo, facilitan la impunidad o retrasan la justicia. El amparo, pilar del sistema jurídico mexicano, queda bajo escrutinio directo desde Palacio Nacional.
Este episodio, aparentemente menor por el número de afectados, es un reflejo de los desafíos y tensiones que la Reforma Judicial y la relación entre poderes enfrentarán en los próximos meses. La descalificación por tecnicismos post-elección abre un flanco para cuestionar tanto al INE como a la calidad de los aspirantes, en un proceso que busca ser legitimado por las urnas.