
Después de dos meses de cifras rojas, la industria manufacturera en México logró un repunte en febrero de 2025. El alivio llega tras una serie de señales preocupantes para uno de los sectores clave del país.
Sin embargo, el rebote no fue parejo: el empleo en el sector sigue cayendo y las alertas sobre un estancamiento más profundo no desaparecen.
Este es un vistazo a las cifras que trae la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) del Inegi y al contexto detrás de los números.
Producción industrial: el rebote que corta la racha negativa
Un repunte técnico… ¿o inicio de recuperación?
De acuerdo con cifras desestacionalizadas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el volumen físico de la producción manufacturera aumentó 2.6% mensual en febrero de 2025, luego de dos meses consecutivos de contracción.
Comparado con febrero de 2024, la producción creció 1.4%, lo que rompe una tendencia descendente que preocupaba a analistas e industriales desde finales de 2024.
Este repunte podría deberse a factores estacionales, ajustes logísticos postenero o incluso una ligera recuperación de pedidos externos, pero aún no hay indicios sólidos de que sea una tendencia sostenida.
Caída del empleo: una señal que no puede ignorarse
Menos personal ocupado, más productividad… ¿a costa de qué?
Pese al crecimiento en la producción, el número de personas ocupadas en el sector manufacturero siguió disminuyendo. En febrero:
- El personal total ocupado cayó 0.2% mensual y 1% anual.
- El personal no dependiente de la razón social (outsourcing, honorarios) se redujo 2.9% mensual y 8.4% anual.
- El personal dependiente (contratación directa) bajó 0.2% mensual.
Esta caída pone en entredicho la solidez del rebote productivo. ¿Puede una industria crecer mientras reduce su planta laboral? Técnicamente sí, pero el costo social y económico de esta dinámica debe observarse con atención.
¿Quiénes fueron los más afectados?
Al interior del personal ocupado, los más afectados fueron:
- Obreros y técnicos en producción: -0.3% mensual.
- Empleados administrativos, contables y de dirección: -0.1% mensual.
Esto sugiere que la contracción del empleo no se limita a tareas operativas, sino que también toca estructuras administrativas.
Horas trabajadas: más esfuerzo, menos manos
La otra cara de la moneda: los que se quedan, trabajan más
En contraste con la caída del empleo, las horas trabajadas por el personal ocupado total aumentaron 1.1% mensual y 0.9% anual. Esto puede interpretarse como una compensación por la reducción de plantilla: menos personas hacen más trabajo.
Desglosado por tipo de contratación:
- Personal dependiente: +1.5% mensual / -0.8% anual.
- Obreros y técnicos: +1.6% mensual / -1.2% anual.
- Administrativos: +0.7% mensual / -0.5% anual.
- Obreros y técnicos: +1.6% mensual / -1.2% anual.
- Personal no dependiente: -2% mensual / -0.5% anual.
Este patrón refuerza la hipótesis de una industria que busca eficiencia a través de reducción de costos laborales, una estrategia riesgosa en términos de sostenibilidad.
Remuneraciones: mejora ligera en salarios, pero caen prestaciones
Aumentan sueldos, pero hay matices importantes
Las remuneraciones medias reales pagadas al personal ocupado en el sector manufacturero subieron 0.3% mensual y 4.3% anual. Sin embargo, el desglose muestra una realidad desigual:
- Personal no dependiente: +2.2% mensual.
- Personal dependiente: +0.3% mensual.
- Obreros: +0.9%.
- Administrativos y directivos: +0.7%.
- Prestaciones sociales: -0.1%.
- Obreros: +0.9%.
Aunque hay avances salariales, la caída en las prestaciones sociales podría indicar un ajuste en los beneficios laborales, lo que afecta directamente el ingreso neto de los trabajadores.
Las cifras originales muestran un matiz preocupante
Detrás del rebote, una caída en la comparación cruda
Si se observan los datos originales, sin ajuste estacional, la fotografía es menos alentadora:
- Volumen de producción: -1.5% anual.
- Personal ocupado: -1.2% anual.
- Horas trabajadas: -4.5% anual.
- Remuneraciones: +1.9% anual.
Esto sugiere que el rebote desestacionalizado podría tener más de técnico que de estructural, y que la industria aún no logra estabilizarse del todo frente a los embates macroeconómicos.
Contexto: ¿qué está pasando con la industria manufacturera en México?
El entorno nacional y global no da tregua
La industria manufacturera mexicana enfrenta múltiples desafíos:
- Desaceleración económica global, que reduce la demanda externa.
- Altas tasas de interés internas, que encarecen el financiamiento productivo.
- Presión salarial y conflictos laborales, sobre todo en el norte del país.
- Reconfiguración de cadenas de suministro por nearshoring, que aún no se traduce plenamente en producción interna.
Además, el sur del país, incluyendo la Península de Yucatán, sigue rezagado frente a los polos industriales del Bajío y el norte, limitando su integración al rebote nacional.
Un rebote que no basta
El crecimiento de 2.6% en la producción manufacturera durante febrero de 2025 representa una noticia positiva en medio de un entorno económico complejo. Sin embargo, la caída del empleo y la pérdida de prestaciones laborales muestran que el rebote no es sostenible si no se acompaña de una recuperación más equilibrada.
En el corto plazo, será crucial observar si este crecimiento se sostiene o si fue solo un alivio transitorio. La industria necesita más que eficiencia: requiere inversión, estabilidad y empleo digno.