
Leslie Gordillo/CARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- La gestión cultural es una disciplina que cobra vez cada vez más relevancia en la sociedad y su campo de acción no está restringido solo al patrimonio cultural, a los museos o la parte gubernamental, sino que también abarca estrategias que buscan impulsar la creatividad, la inclusión y el desarrollo sostenible.
En Quintana Roo, especialmente en los destinos turísticos como Cancún y la Riviera Maya, pero también con un impulso fuerte en la parte sur, se ha buscado fortalecer la cultura como atractivo turístico y es allí donde los gestores culturales pueden enlazar esta parte que cautiva, con la preservación de la cultura.
“Los profesionales en este campo son esenciales para la promoción de la preservación de la diversidad cultural, así como para la creación de espacios de diálogo, entendimiento entre diferentes comunidades. Por tanto, pueden insertarse con facilidad en el mercado laboral y especialmente en sectores como el turismo, la educación, las organizaciones no gubernamentales, las instituciones culturales o el sector editorial”, destacó Alfonso León, coordinador de la Escuela Internacional de Lenguas y Gestión Cultural en la Universidad Anáhuac Cancún.
Los gestores culturales, señaló, fungen como mediadores entre la sociedad y sus expresiones artísticas, históricas y patrimoniales, rubro en donde esta licenciatura en lenguas y gestión cultural se posiciona como un programa académico diseñado para formar profesionales capaces de enfrentar desafíos socioculturales en el mundo contemporáneo.
Además, destacó que el plan de estudios que ofrecen es exclusivo de la red de universidades Anáhuac, que no tiene similares en América Latina y combina conocimientos de ciencias sociales, comunidades, administración, brindando a los estudiantes una formación integral que les permite analizar y resolver problemas culturales desde una perspectiva crítica y ética. Además, el dominio de cuatro idiomas y el entendimiento pluricultural que adquieren los egresados los convierte en actores clave para fomentar el diálogo intercultural y preservar la cultura en un mundo cada vez más globalizado.