
Millones de familias migrantes alzan la voz contra un posible impuesto a remesas del 3.5% en Estados Unidos. ¿Podría esta medida afectar el flujo vital de recursos hacia México y otros países? La respuesta, en una carta abierta dirigida al Senado estadounidense.
Impuesto a remesas: La controversia llega al Senado
En un giro que ha generado indignación, una amplia coalición de familias migrantes ha enviado una carta abierta al Senado de Estados Unidos, publicada en Change.org, para expresar su firme rechazo a la propuesta de un impuesto a remesas del 3.5%. La iniciativa, impulsada por el presidente Donald Trump, ya fue aprobada por la Cámara de Representantes como parte de un paquete de reformas fiscales y de gasto que entraría en vigor el 1 de enero de 2026.
Una carta con destinatarios bipartidistas
La misiva tiene como destinatarios a senadores de ambos partidos, incluyendo figuras como John Thune, Charles Grassley, Lindsey Graham, Jeffrey A. Merkley, Susan Collins, Patty Murray, Mike Crapo, Ron Wyden, Mitch McConnell, Alex Padilla, John Cornyn, Lisa Murkowski, Thom Tillis, Bill Cassidy, Todd Young, Rand Paul, Mike Lee, Rick Scott y Ted Cruz. En ella, se detallan las graves consecuencias que este impuesto a remesas tendría en la vida de millones de personas.
El argumento de las familias migrantes
Las familias migrantes argumentan que su llegada a Estados Unidos fue “por necesidad, no por elección”, y que su contribución a la economía es innegable. Destacan su labor en sectores clave como la agricultura, la construcción y el cuidado de personas. El impuesto, según expresan, afectaría directamente a las modestas cantidades que envían a sus familias en México para cubrir necesidades básicas.
“Gravar estos envíos sería castigar a quienes ya enfrentan mayores dificultades”, afirman.
Remesas: Un salvavidas para evitar la migración irregular
Además de cubrir necesidades básicas, las remesas juegan un papel crucial en la reducción de la migración irregular, al permitir que las familias en sus países de origen puedan cubrir sus gastos esenciales. Las familias también señalan que el impuesto afectaría de manera desproporcionada a los hogares con mayores carencias, muchos de ellos encabezados por mujeres, lo que podría “empujarlas a una pobreza más profunda y ampliando las brechas de género existentes”.
Doble tributación: Un golpe a la economía familiar
Otro punto clave es la cuestión de la doble tributación. Los migrantes recuerdan que ya contribuyen con más de 120 mil millones de dólares anuales en impuestos en Estados Unidos. Imponer un impuesto a remesas los obligaría a “pagar de nuevo, simplemente por ayudar a nuestros seres queridos”, lo que consideran injusto y una violación del tratado bilateral fiscal vigente entre Estados Unidos y México.
Un llamado a la justicia y la equidad
La carta concluye con un llamado a la “consideración justa y equitativa”. Las familias migrantes no buscan un trato especial, sino un reconocimiento a sus contribuciones y a la importancia vital de las remesas para sus familias y comunidades. Esto se relaciona con nuestro análisis sobre el impacto de las políticas migratorias en el envío de remesas [ver más aquí si el texto lo sugiere].
El impuesto a remesas propuesto ha generado una fuerte oposición por parte de la comunidad migrante, quienes ven en esta medida un ataque directo a su economía y a la de sus familias. La decisión final está ahora en manos del Senado de Estados Unidos.