
Impuesto a remesas: injusto y peligroso, alerta BBVA en análisis
El costo humano de gravar las remesas
Un análisis de BBVA revela que un impuesto del 5% a las remesas enviadas por migrantes mexicanos en EE.UU. sería regresivo, injusto y contraproducente. La medida amenaza no solo el bolsillo de millones de familias en México, sino también compromisos internacionales y la estabilidad financiera de comunidades vulnerables.
Un impuesto regresivo que castiga la pobreza transnacional
El anuncio de una propuesta en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para imponer un impuesto del 5% a las remesas enviadas por migrantes no documentados encendió las alarmas en el sistema financiero y entre organismos defensores de derechos humanos. En un análisis reciente, BBVA calificó la medida como injusta, regresiva y contraria a compromisos internacionales, aunque reconoció que sus efectos macroeconómicos serían limitados.
Para dimensionar el impacto, basta un dato: en 2024, México recibió 62 mil 500 millones de dólares en remesas, enviadas por más de 8 millones de personas mexicanas con estatus legal en EE.UU. y una cifra aún mayor si se suman las de segunda generación. Sin embargo, el universo afectado por esta posible imposición fiscal incluye a cerca de 4 millones de mexicanos no documentados, un sector ya de por sí precarizado.
¿Cuánto costaría enviar dinero si se aprueba el impuesto?
Según estimaciones de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el costo promedio de enviar 350 dólares desde EE.UU. a México es de aproximadamente 6 dólares. Con el impuesto propuesto, ese costo se cuadruplicaría:
- Impuesto del 5% sobre 350 USD: 17.50 dólares
- Nuevo costo total de envío: 23.50 dólares
Esto representa casi cuatro veces el costo actual, un incremento que podría desincentivar el uso de canales formales y fomentar métodos alternativos —y menos seguros— para transferir dinero.
Alternativas que podrían adoptar los migrantes
Ante este escenario, BBVA prevé una serie de estrategias que podrían adoptar los migrantes para eludir el impuesto. Ninguna de ellas está libre de complicaciones éticas, legales o financieras:
Uso de intermediarios familiares
Migrantes no documentados podrían recurrir a familiares o amistades con ciudadanía o residencia para enviar remesas a su nombre, diluyendo la trazabilidad del recurso y aumentando los riesgos de abuso.
Bancarización como salida
Otra opción sería promover la bancarización de las familias receptoras en México, permitiendo que las remesas se canalicen a través de transferencias interbancarias, un mecanismo que podría quedar exento del nuevo impuesto.
No obstante, estas soluciones también requieren de educación financiera, infraestructura tecnológica y confianza en el sistema bancario, aspectos que no siempre están presentes en comunidades rurales o marginadas.
Remesas: el salvavidas de millones de hogares mexicanos
En estados como Michoacán, Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Yucatán, las remesas representan una proporción considerable del ingreso familiar. Son el sustento de economías locales y, en muchos casos, la única fuente de liquidez constante para miles de hogares.
El aumento artificial en el costo de envío puede tener efectos en cadena:
- Menor ingreso disponible para familias receptoras
- Aumento en la informalidad de los envíos
- Posible caída en el flujo total de remesas
- Reducción del impacto positivo en la balanza de pagos
¿Qué hay detrás de la propuesta?
La iniciativa legislativa nace en un contexto de retórica antimigrante y medidas punitivas en el proceso electoral estadounidense. Se utiliza como moneda de cambio político y no responde a una lógica económica sostenible, ni a una política exterior coherente con los principios de cooperación.
BBVA advierte que imponer barreras al envío de remesas viola compromisos internacionales en materia de libre tránsito de capitales y respeto a los derechos económicos de los migrantes.
México en la mira: consecuencias y caminos
Aunque el análisis financiero descarta un impacto significativo en la balanza de pagos del país, el daño estructural se manifestaría a nivel comunitario y social. Especialmente en zonas donde las remesas son motor de consumo, educación y salud.
En respuesta, México tendría que:
- Reforzar programas de educación financiera y bancarización
- Establecer redes de asesoría legal y migratoria
- Impulsar acuerdos bilaterales que frenen medidas discriminatorias
- Documentar y visibilizar el rol económico de los migrantes
El precio de castigar la solidaridad
El envío de remesas no es un privilegio: es un acto de solidaridad constante que sostiene a millones de familias mexicanas y dinamiza regiones enteras. Gravar ese acto no solo es económicamente ineficaz, sino éticamente cuestionable. El análisis de BBVA es claro: este impuesto sería un retroceso, una señal de hostilidad y una amenaza a los valores de cooperación binacional.
El futuro de las remesas está en juego, y con él, la estabilidad de miles de comunidades que viven del trabajo de sus migrantes.