
Los migrantes mexicanos en Estados Unidos enfrentan un nuevo obstáculo: un impuesto del 5% a las remesas que envían a sus familias. Desde el Senado, Carolina Viggiano alza la voz.
Carolina Viggiano se pronuncia: un impuesto que castiga la pobreza
La senadora del PRI, Carolina Viggiano, calificó como “absolutamente injusto” el impuesto del 5% aprobado por legisladores estadounidenses sobre las remesas enviadas a México. En entrevista televisiva, la legisladora fue enfática: los migrantes ya contribuyen económicamente sin recibir beneficios sociales, por lo que este nuevo gravamen es una carga inmerecida.
La también integrante de la comitiva mexicana que dialogará con senadores de Estados Unidos insistió en que los parlamentarios mexicanos están del lado de los migrantes. Su postura pone sobre la mesa una de las tensiones más sensibles del vínculo México–Estados Unidos: el valor de las remesas y la justicia fiscal hacia quienes las generan.
Remesas: el sustento de millones de familias mexicanas
Un pilar económico nacional
Las remesas se han consolidado como uno de los principales ingresos para el país, incluso superando al turismo y al petróleo. En 2023, México recibió más de 63 mil millones de dólares en remesas, según datos del Banco de México. La mayoría proviene de migrantes que trabajan en condiciones precarias, muchos de ellos en situación migratoria irregular.
Aplicar un impuesto a ese flujo económico no solo golpea a los trabajadores en EE. UU., sino también a millones de familias mexicanas que dependen de ese dinero para cubrir necesidades básicas.
¿Quién paga los costos del nuevo impuesto?
Viggiano advierte que quienes envían remesas no tienen acceso a salud, ni a seguridad social, lo que convierte esta medida en una doble penalización. Además, destaca que muchos migrantes ya tributan de manera indirecta en el país donde laboran, pese a su estatus migratorio.
Diplomacia en pausa: crítica al gobierno de AMLO
Un entorno político tenso
Durante su intervención, Viggiano no solo rechazó el impuesto, sino que también acusó al oficialismo mexicano de abandonar la diplomacia parlamentaria. A su juicio, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha mostrado indiferencia ante un tema que debería ser prioritario.
“La presidenta pareciera que no lo toma en cuenta”, señaló, aludiendo a la actitud del Ejecutivo frente al problema.
La senadora considera urgente retomar el diálogo bilateral con una agenda clara, en la que se prioricen los derechos de los migrantes y se evite que el tema fiscal se convierta en un nuevo muro.
La ofensiva diplomática del PRI
Una comitiva mexicana con agenda propia
Viggiano forma parte de la delegación que buscará abrir canales de comunicación con el Congreso de EE. UU. Su objetivo: frenar la implementación del impuesto y presentar argumentos sobre el impacto económico y social que tendría tanto en México como en comunidades latinas del otro lado de la frontera.
Este esfuerzo, afirma, no responde a cálculos electorales, sino a un compromiso con los derechos de los connacionales.
Más que política: una causa humanitaria
El mensaje es claro: defender las remesas es defender la dignidad del migrante mexicano. En un contexto de endurecimiento de políticas migratorias y discursos xenófobos, medidas como esta ahondan la brecha y vulneran derechos.
Una alerta para México y su comunidad migrante
El posicionamiento de Carolina Viggiano expone una fractura doble: la distancia entre las decisiones del Congreso estadounidense y las necesidades de los migrantes, y la falta de reacción del gobierno mexicano ante políticas que afectan directamente a sus ciudadanos en el exterior.
El impuesto a las remesas no solo es un golpe económico, sino también un síntoma de abandono político. Su rechazo debe convertirse en una bandera común para todas las fuerzas que dicen defender a quienes, desde lejos, sostienen a México con su trabajo.