
El dólar que viaja de norte a sur
Cada mes, millones de familias mexicanas reciben un depósito que no solo representa dinero, sino esperanza. Las remesas desde Estados Unidos son más que transferencias: son el ancla financiera de un país que, sin ellas, sería otro. Hoy, ese flujo vital enfrenta una amenaza directa: un impuesto estadounidense.
Un flujo que sostiene a México: ¿por qué importar un impuesto?
Las remesas han escalado a niveles históricos: más de 64 mil millones de dólares en 2024, de los cuales casi el 97% provienen de Estados Unidos. Esta cifra no solo refleja la dimensión del fenómeno migratorio, sino su centralidad económica. En muchas regiones mexicanas, como Michoacán o Chiapas, las remesas representan más del 10% del PIB local.
Más aún: han superado en años recientes a la Inversión Extranjera Directa (IED) y al turismo como principales fuentes de divisas. En plena pandemia, lejos de colapsar, estos envíos crecieron. El compromiso emocional de los migrantes prevaleció sobre la incertidumbre.
Pero este sostén económico está en la mira. Propuestas legislativas en EE.UU. buscan imponer impuestos de entre 5% y 10% a las remesas. Bajo el argumento de “combatir el narcotráfico” o “financiar el muro”, se esconde una ofensiva fiscal que puede tener consecuencias devastadoras.
Tabla 1. Comparativa de fuentes de divisas en México (2024)
Fuente | Ingreso (millones USD) | Comentario |
Remesas | 64,745 | 96.6% provienen de EE.UU. |
Turismo | 32,956 | Recuperación post-COVID |
IED (de EE.UU.) | 16,513 | Significativamente menor |
Además de su valor económico, las remesas cumplen una función social. Permiten a millones de personas cubrir gastos en salud, educación y vivienda. En muchas comunidades rurales y marginadas, constituyen el único ingreso constante. Su reducción, incluso parcial, tendría efectos multiplicadores en cadena, afectando la estabilidad social.
De propuesta a amenaza: la evolución de los impuestos a remesas en EE.UU.
Desde 2017, diversos actores en EE.UU. han promovido impuestos a las remesas. Algunos casos:
Tabla 2. Propuestas de impuestos a remesas en EE.UU.
Propuesta | Tasa | Sujetos Afectados | Estado |
WIRED Act (2023) | 10% | No ciudadanos | Rechazada en comité |
Propuesta 2025 (Cámara) | 5% | Titulares de visas, residentes | En discusión |
Chuck DeVore | 50% | No especificado | No implementada |
Trump (2018) | 6% | Indocumentados | No implementada |
Estas propuestas comparten un enfoque punitivo, con mecanismos como la retención directa por parte de empresas de transferencia de dinero (MTOs). También contemplan créditos fiscales para ciudadanos estadounidenses, lo que excluye a la mayoría de migrantes.
Impacto directo: menos dólares, más pobreza
Un impuesto del 10% podría significar hasta 13 mil millones de dólares menos en remesas anuales. Esta caída no sería simbólica: afectaría directamente el consumo, la estabilidad social y los indicadores macroeconómicos clave.
Tabla 3. Impacto estimado de un impuesto a remesas
Tasa del Impuesto | Pérdida estimada | Impacto PIB | Impacto en pobreza |
5% | $3,200 millones | Moderado | Alto |
10% | $13,000 millones | Alto | Muy alto |
Esta pérdida implicaría menor recaudación indirecta (por ejemplo, vía IVA) y mayor presión sobre programas sociales. La caída del consumo en comunidades rurales provocaría el cierre de comercios y una reducción de empleos locales. A nivel nacional, afectaría el crecimiento del PIB y podría presionar la inflación al debilitar el tipo de cambio.
Tabla 4. Estados más vulnerables por dependencia de remesas
Estado | % del PIB estatal en remesas | Nivel de vulnerabilidad |
Michoacán | 15.9% | Muy alto |
Guerrero | 14.1% | Muy alto |
Zacatecas | 13% | Muy alto |
Chiapas | 12% | Muy alto |
Oaxaca | 10% | Alto |
Estados Unidos también pierde: informalidad, costos y contradicciones
El impuesto no solo afectaría a México. EE.UU. enfrentó:
- Reducción del consumo interno.
- Migración hacia canales informales.
- Altos costos de verificación.
Tabla 5. Balance hipotético para EE.UU.
Concepto | Resultado |
Recaudación bruta (10%) | $6,500 millones |
Costos administrativos | Altos |
Consumo de migrantes | A la baja |
Formalidad financiera | Riesgo de caída |
Además, se corre el riesgo de incentivar el uso de criptomonedas y redes informales, lo que aumentaría los riesgos de lavado de dinero y dificultaría la trazabilidad financiera.
El precedente de Oklahoma: advertencias desde lo local
El único estado que implementó un impuesto a remesas fue Oklahoma. Sus resultados:
- Caída de transacciones formales.
- Migración a canales informales.
- Ingresos por debajo de lo esperado.
Tabla 6. Lecciones del impuesto en Oklahoma
Indicador | Resultado |
Recaudación anual | $12.7 millones (2016) |
Costos administrativos | Altos |
Crédito fiscal disponible | Sí (solo declarantes) |
Desvío a informalidad | Comprobado |
La experiencia sugiere que los efectos colaterales superan los beneficios fiscales. Además, genera exclusión financiera para comunidades ya vulnerables.
Tensión diplomática y consecuencias bilaterales
La presidenta Claudia Sheinbaum ha calificado la propuesta como perjudicial. El Senado mexicano y organizaciones civiles han rechazado estas medidas. Un impuesto a remesas podría:
- Enfriar relaciones diplomáticas.
- Complicar la cooperación en seguridad.
- Deteriorar la imagen de EE.UU. ante América Latina.
La medida también afecta la narrativa positiva sobre la contribución de los migrantes mexicanos, que aportan con su trabajo, pagan impuestos y sostienen comunidades enteras a ambos lados de la frontera.
Gravar la solidaridad es un error estratégico
El dinero que viaja del norte al sur no es sólo un flujo económico. Es un vínculo humano. Un impuesto a las remesas no solo castiga a quienes menos tienen, también erosiona los lazos binacionales y alimenta la desconfianza. La historia, los datos y la experiencia de Oklahoma advierten lo que podría pasar: menos formalidad, más pobreza y más tensión.
México debe prepararse activamente para mitigar esta amenaza, diversificando su economía, reforzando su diplomacia y blindando los derechos de sus migrantes. Y Estados Unidos debe recordar que la estabilidad regional comienza con el respeto mutuo y políticas que construyan, no que excluyan.