La Montaña Baja de Guerrero ha sido escenario de un brutal hallazgo que pone de manifiesto la escalada de violencia en la región. Cuatro personas fueron asesinadas y desmembradas en Chilapa de Álvarez, un hecho que reaviva la preocupación sobre la influencia del crimen organizado.
El atroz descubrimiento en Xochimilco
Alrededor de las 7:30 horas de este lunes, habitantes de la comunidad indígena nahua de Xochimilco, ubicada en el municipio de Chilapa de Álvarez, Guerrero, se encontraron con una escena dantesca. Cerca del tramo carretero que conecta Chilapa con Tixtla, fueron descubiertos los restos de cuatro personas.
Los cuerpos no solo presentaban signos de violencia extrema, sino que estaban desmembrados, con sus cabezas exhibidas sobre una mesa improvisada. Junto a esta macabra exhibición, se halló una manta con un mensaje directo, alusivo a quienes se dedican a la venta de «cristal», una clara señal de la pugna entre grupos delictivos por el control territorial y el narcomenudeo.
La respuesta de las autoridades y el trasfondo criminal
Tras el reporte del hallazgo, elementos de seguridad pública estatal acudieron al lugar para acordonar la zona, iniciando así los protocolos de investigación. Posteriormente, personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) llevó a cabo los trabajos periciales correspondientes para recabar pruebas y esclarecer los hechos. Finalmente, los restos fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo) en Chilpancingo para las diligencias de ley y su identificación.
Este tipo de eventos violentos no son aislados en la región. Cabe recordar que en esta área de Guerrero opera el grupo delincuencial conocido como Los Ardillos, cuya presencia se ha asociado históricamente con la violencia y el narcotráfico. El mensaje encontrado junto a los cuerpos refuerza la hipótesis de una confrontación ligada al narcomenudeo, un problema que azota a la entidad y mantiene en vilo a sus comunidades.
La crueldad de estos asesinatos no solo impacta a la sociedad, sino que también subraya la profunda crisis de seguridad y la necesidad urgente de estrategias que contengan la barbarie y restauren el tejido social en Guerrero. ¿Hasta cuándo la Montaña Baja seguirá siendo escenario de tan lamentables episodios de violencia?