
La marca “Hecho en México” está por ocupar un lugar más visible en los anaqueles del país. Un nuevo acuerdo entre el gobierno federal y las tiendas afiliadas a ANTAD promete transformar el consumo nacional con un enfoque estratégico: vender más lo nuestro.
Impulsar lo local: el nuevo eje del Plan México
Como parte del Plan México, la presidenta de la República firmó un acuerdo con representantes de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) para incrementar de manera gradual la comercialización de productos con el sello “Hecho en México”.
Este pacto no solo es un gesto simbólico. Es una medida concreta para reducir importaciones, fortalecer la industria nacional y detonar el crecimiento económico desde adentro.
Un acuerdo voluntario, pero estratégico
El compromiso, aunque voluntario, nace con un fuerte respaldo institucional. El mensaje fue claro: apostar por lo mexicano no es solo patriótico, es económicamente viable. En palabras de la mandataria, la reunión privada en Palacio Nacional sirvió para delinear una de las acciones clave del Plan México.
“Hoy firmamos un acuerdo voluntario para que tiendas de autoservicio y departamentales aumenten paulatinamente la venta de productos hechos en nuestro país”, publicó en su cuenta de X.
ANTAD: 50 mil puntos para lo “Hecho en México”
La ANTAD agrupa a más de 50 mil tiendas en todo el país. Su presidente, Diego Cossío, mostró total respaldo a la iniciativa.
“El compromiso es crecer los productos con valor de producción mexicana en todas las tiendas”, declaró al salir del encuentro en Palacio Nacional. La implementación será paulatina y sectorizada, adaptándose a lo que cada categoría de productos pueda sustituir sin afectar la oferta.
Sustitución con criterio
No se trata de una imposición sino de una estrategia escalonada. Cossío explicó que el cambio no será inmediato, pues es necesario analizar qué productos pueden ser reemplazados por versiones nacionales, y cuáles aún requieren importar insumos o tecnología.
“Lo tienes que ver por categoría, de lo que sí puedes sustituir y lo que no puedes”, detalló.
Esta visión realista permite que el plan avance sin fracturas en la cadena de suministro ni afectaciones al consumidor.
El contexto económico: inflación y autosuficiencia
El anuncio no llega solo. Ocurre dos días después de renovar el acuerdo del Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic) con empresas de alimentos, que fija el precio máximo de la canasta básica en 910 pesos.
Ambos movimientos reflejan una estrategia económica coordinada: controlar precios sin sacrificar crecimiento, y reducir la dependencia de importaciones para blindar el mercado interno frente a choques externos.
Marcelo Ebrard y la Secretaría de Economía, presentes
La presencia de Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Economía, confirma la relevancia estructural de esta medida. No es un pacto aislado, sino una pieza clave dentro del rediseño económico nacional.
Hecho en México: más que un logotipo
El sello “Hecho en México” no es nuevo, pero hasta ahora ha sido subutilizado. Con este acuerdo, se busca reposicionar la marca país como un valor comercial dentro del consumo masivo.
Esto implica más que etiquetar productos: significa apostar por cadenas productivas locales, generar empleos en territorio nacional y estimular industrias regionales, como las del sureste y el Caribe mexicano.
Retos y oportunidades
Entre los desafíos más evidentes están:
- Reorganizar proveedores y distribución
- Garantizar calidad y competitividad en productos nacionales
- Sensibilizar al consumidor para valorar lo local
Pero también se abren puertas:
- Fortalecer el consumo interno
- Reactivar economías locales
- Reducir la vulnerabilidad ante crisis globales
Consumo con identidad: ¿una nueva cultura económica?
El mensaje de fondo es claro: consumir mexicano es también una decisión política y económica. Esta narrativa conecta con una identidad nacional cada vez más presente en las decisiones de compra de las nuevas generaciones.
Este giro puede marcar el inicio de una cultura de consumo con raíz local, con beneficios que trascienden lo económico: autonomía, pertenencia y resiliencia.
Una política comercial desde abajo
El acuerdo para priorizar productos “Hecho en México” es más que un anuncio protocolario. Es una apuesta por reconstruir el modelo de desarrollo desde el consumo, integrando a las tiendas como agentes clave del cambio económico.
El impacto real dependerá de su implementación y seguimiento, pero el mensaje ya está dado: apostar por lo nacional no es una opción nostálgica, es una estrategia de futuro.