Francisco J. Rosado May
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La FAO conmemoró su 80 aniversario la semana pasada. Muhammad Yunus, una de las personalidades que ofrecieron una conferencia magistral en la inauguración del Foro Mundial Alimentario 2025, junto con Lula, el Director General de FAO y otros, dejó el mensaje que presenta el título de esta entrega.
Con base en información del Programa Mundial Alimentario, en términos generales se puede estimar que entre 638 y 720 millones de personas padecen hambre en el mundo. Los conflictos en 2025 dejan una estela de 1.2 millones de hambruna catastrófica. En 2024 más de 343 millones de personas sufrieron inseguridad alimentaria aguda en 74 países; se espera que este número aumente considerablemente en 2025.
Los datos son impactantes y han obligado a la FAO a encontrar estrategias, conceptos, experiencias, etc., diferentes a las actuales para atender tan grave problema mundial. Toda la semana pasada sirvió para que las mejores mentes mundiales discutan el tema.
Yunus, por supuesto, propuso un cambio en el sistema económico que hemos construido, mediante los siguientes seis elementos. 1. Terminar las guerras y asegurar que los alimentos lleguen a las zonas en conflicto. 2. Comprometer financiamiento para alcanzar las metas de desarrollo sostenible que nosotros mismo nos impusimos para el 2030, y establecer mecanismos que permitan apoyar esfuerzos para combatir el cambio climático. 3. Establecer bancos de alimentos en regiones para estabilizar las redes de suministro. 4. Empoderar a los empresarios locales mediante apoyos financieros, capacitación y acompañamiento. 5. Terminar con las prohibiciones de exportaciones y reformar las reglas de comercio internacional para apoyar la seguridad alimentaria. 6. Ampliar el acceso a tecnología e innovación, especialmente para la juventud en el sur global. Sin ambages, Yunus claramente señaló que los negocios, chicos y grandes que priorizan sus ganancias son responsables de la crisis que ha dejado a millones con problemas alimentarios. Asimismo, compartió su visión del mundo que llamó “Un mundo con tres ceros”, cero concentración de riqueza, cero desempleo y cero emisión de carbono. Para los jóvenes propuso establecer condiciones para que no se les forme pensando en esperar por un trabajo sino formarlos para crear trabajos; invertir en la juventud no solamente producirá suficientes alimentos, sino que se logrará un cambio planetario.
Yunus, para quien no lo conoce, recibió el Nobel de la Paz en 2006 por su trabajo sobre microcréditos, que ha resuelto millones de problemas económicos en el mundo. Uno de sus libros famosos se llama “El banquero de los pobres”.
En la sesión de cierre, el viernes a las 9:00 am, hora de Roma, dos paneles de tres personalidades discutieron cómo se puede cambiar la tendencia descrita al inicio de esta entrega. Varias opciones y propuestas, ojalá que los tomadores de decisiones en política pública escuchen y actúen acorde.
Una joven que atendió la sesión final comentó. “No entiendo por qué proponen involucrar más a los jóvenes cuando al mismo tiempo se mencionan los grandes problemas que tiene la agricultura convencional, yo no me siento motivada”. Esta expresión debe atenderse, sin jóvenes motivados que perciban que ahora sí las cosas pueden cambiar para bien, el escenario de hombruna en el mundo seguirá mal. Y no se debe permitir.
Yunus convoca a innovar pensamiento y acciones. Entender el papel de la innovación en el desarrollo de los países fue el tema de investigación que condujo a Mokyr (Univ de Northwestern, Estados Unidos), a Aghion (Colegio de Francia y Escuela de Economía de Londres) y a Howitt (Univ Brown de Estados Unidos), a recibir el Nobel de Economía 2025.
Es cuanto.