
El ganado en riesgo: cómo el gusano barrenador revive tensiones entre estados ganaderos
En las tierras del norte de México, donde el ganado es más que una actividad económica, una plaga silenciosa amenaza con trastocar la estabilidad de miles de familias. El gusano barrenador ha reaparecido con fuerza, encendiendo las alarmas sanitarias, fracturando relaciones entre entidades y sacudiendo al sector ganadero.
Chihuahua refuerza la defensa sanitaria ante brote en Durango
Ante el riesgo latente, el gobierno de Chihuahua ha decidido actuar. La Secretaría de Desarrollo Rural, encabezada por Mauro Parada, anunció un endurecimiento de las inspecciones pecuarias en la zona sur del estado, colindante con Durango, luego de detectarse la posible entrada de ganado infectado.
Además del monitoreo en establos, se reactivará un protocolo sanitario conjunto con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y el SENASICA, organismo mexicano encargado de velar por la sanidad agropecuaria. Este protocolo, según Parada, ha sido cumplido al 100% por los estados exportadores, lo que permitiría retomar pronto las exportaciones suspendidas desde el pasado 11 de mayo.
Punto de control clave: Estación Cuarentenaria Escalón
El primer filtro está ya en operación. Todo bovino procedente de Durango —otro estado con fuerte vocación exportadora— deberá pasar por la Estación Cuarentenaria Escalón, en Jiménez, Chihuahua. Ahí se hará una inspección interna rigurosa para evitar el ingreso de animales infectados con la larva que devora carne viva y que representa un riesgo zoosanitario de alto impacto.
Campeche, en el ojo del huracán: acusan abandono institucional
Mientras el norte cierra filas, en el sur el panorama es otro. Ganaderos del municipio de Candelaria, Campeche, denuncian que el gobierno estatal, encabezado por Layda Sansores, ha abandonado el combate contra el gusano barrenador.
Sin pagos, sin inspección, sin control
Según los testimonios recabados —de forma anónima por temor a represalias—, los inspectores dejaron de recibir su salario, por lo que han abandonado sus funciones. Esto ha generado un vacío operativo en la zona más vulnerable del estado, justo en el límite con Guatemala y Tabasco.
Los productores temen que las cifras oficiales estén maquilladas o, en el peor de los casos, completamente desactualizadas. “La plaga puede salirse de control y eso nos va a tumbar el precio del ganado en pie”, advirtieron.
Sonora bajo presión: pérdidas millonarias y tensiones con EE.UU.
Más al noroeste, la situación también es crítica. Juan Ochoa, presidente de la Unión Ganadera Regional de Sonora, fue tajante al declarar que la suspensión de exportaciones por parte del gobierno estadounidense ha provocado una crisis en su estado, donde diariamente se enviaban cerca de 2,400 cabezas de ganado a un precio promedio de 1,500 dólares por unidad.
¿Una medida sanitaria o una jugada política?
Ochoa no duda en señalar que la decisión de Estados Unidos podría estar influenciada por factores políticos más que por el riesgo real de contagio. No obstante, el efecto económico es inmediato y devastador. Miles de productores han visto frenadas sus ventas de un día para otro.
Ganaderos exigen al gobierno federal acciones concretas
En medio de esta tormenta, los líderes ganaderos de Sonora y Chihuahua han unido fuerzas para exigir al gobierno federal una estrategia nacional de contención. Entre las medidas más urgentes solicitadas están:
- Cierre de la frontera sur para frenar el avance del gusano barrenador desde Centroamérica.
- Producción masiva de mosca estéril, técnica avalada internacionalmente para erradicar la plaga.
- Transparencia en las cifras y protocolos aplicados en estados rezagados como Campeche.
Una plaga, tres crisis: sanitaria, económica y política
El gusano barrenador ha expuesto las fracturas del sistema zoosanitario mexicano. Mientras algunos estados refuerzan controles, otros parecen ignorar el riesgo, y Estados Unidos reacciona con medidas que afectan la economía de regiones completas.
Este caso revela la urgencia de un sistema sanitario nacional articulado, con vigilancia, presupuesto y voluntad política. Lo contrario solo agravará el daño.
Una llamada de atención que no puede ignorarse
El avance del gusano barrenador en el norte y el sur del país no es solo un tema técnico o pecuario: es un síntoma de descoordinación institucional, de inequidades territoriales y de desinterés por los sectores productivos locales.
Si el gobierno federal no actúa con rapidez y firmeza, la crisis del ganado puede escalar en una emergencia económica nacional, con repercusiones en exportaciones, precios y estabilidad social en zonas rurales.
Hoy, la sanidad animal es también un tema de soberanía.