
Una propuesta legislativa en Estados Unidos ha encendido alarmas en México. Claudia Sheinbaum, presidenta del país, condenó la iniciativa que busca imponer un impuesto del 5% a las remesas enviadas por migrantes. El rechazo ha sido unánime entre las fuerzas políticas mexicanas.
México cierra filas contra impuesto a remesas: “es injusto y discriminatorio”
La iniciativa para gravar las remesas que los migrantes envían desde Estados Unidos ha sido calificada como un acto de discriminación por la presidenta Claudia Sheinbaum. En su tradicional conferencia mañanera, la mandataria hizo eco del rechazo que también expresó el Senado mexicano, cuyas fracciones firmaron una carta en común para exigir que se frene esta medida.
El impuesto propuesto —del 5%— ha generado una reacción inmediata desde el Gobierno de México, que advierte que se trata de una forma de “doble tributación” que afectaría principalmente a la comunidad migrante, una de las más vulnerables y fundamentales para la economía nacional.
Remesas: pilar económico y vínculo humano
Un flujo vital para millones de familias
Las remesas representan uno de los principales ingresos para México, superando incluso al turismo o la inversión extranjera directa en algunos años. En 2023, según datos del Banco de México, las remesas alcanzaron un récord de más de 63 mil millones de dólares, siendo Estados Unidos el origen de más del 95% de esos recursos.
Este dinero no solo representa una transferencia económica. Es también un símbolo de conexión emocional y de sacrificio, especialmente en regiones como el sureste mexicano y el Caribe, donde miles de familias dependen de lo que sus familiares logran enviar desde el otro lado de la frontera.
“Ya pagan impuestos allá, con o sin papeles”
Uno de los argumentos más contundentes expuestos por Sheinbaum es que los migrantes ya contribuyen fiscalmente en Estados Unidos, independientemente de su estatus migratorio. “Incluso hay estados que ya gravan las remesas”, recordó la presidenta, al tiempo que calificó de absurda y discriminatoria la idea de cobrar un nuevo impuesto a quienes ya cumplen con sus obligaciones.
Unidad política en defensa de los migrantes
Una carta firmada por todos los partidos
La reacción del Senado mexicano fue inmediata. Todas las fracciones parlamentarias, sin excepción, firmaron una carta para rechazar de forma unánime la propuesta estadounidense. Este gesto de unidad política es raro en un contexto marcado por polarizaciones, lo que subraya la gravedad con que México percibe la iniciativa.
Más allá de los partidos: defensa de la dignidad
Sheinbaum enfatizó que la defensa de los migrantes no es una bandera ideológica, sino una cuestión de justicia elemental. “Ahí todos dijeron ‘no, a ver eso no, no estamos de acuerdo en esta injusticia’”, relató la presidenta.
Este consenso también envía un mensaje diplomático: México está dispuesto a actuar de manera coordinada y firme cuando se trata de proteger a sus connacionales en el extranjero.
Contexto electoral y política antimigrante en EU
¿Una medida electoral disfrazada de política fiscal?
La iniciativa para gravar remesas surge en un año clave para la política estadounidense: el 2024 marcó un punto de inflexión con la carrera presidencial en curso. Analistas interpretan la propuesta como parte de un paquete de medidas con tintes populistas y antimigrantes, cuyo objetivo es ganar votos entre sectores conservadores.
Aunque la propuesta aún debe pasar por el Senado y enfrentaría múltiples desafíos legales, su sola presentación envía un mensaje preocupante. Coloca una carga sobre comunidades migrantes que ya enfrentan hostilidad, discriminación y precariedad laboral.
Implicaciones para el Caribe Mexicano y el sureste
Una región conectada por la migración
Estados como Quintana Roo, Yucatán, Chiapas y Tabasco tienen un flujo constante de migración hacia Estados Unidos, y muchas familias locales dependen de las remesas para su subsistencia diaria. Cualquier intento de imponer un gravamen podría traducirse en una reducción directa del ingreso disponible en estas comunidades.
En zonas rurales de Chiapas o municipios marginados de Campeche, una transferencia mensual de 200 dólares puede ser la diferencia entre comer o no. Este tipo de medidas pondría en riesgo la seguridad alimentaria y el desarrollo económico en regiones ya rezagadas.
Más que economía, es justicia transnacional
El rechazo de Claudia Sheinbaum y del Senado mexicano a la iniciativa para gravar remesas es un posicionamiento firme en defensa de los derechos de los migrantes. Se trata de una postura que va más allá del debate económico: es un llamado a la justicia y al respeto entre naciones.
La historia de millones de mexicanos que han cruzado la frontera en busca de mejores oportunidades no puede reducirse a una fuente de ingresos para financiar agendas electorales. Gravarlos injustamente es castigar dos veces su esfuerzo.