En un golpe estratégico a las estructuras del crimen organizado, autoridades federales desarticularon una red de tráfico de armas del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Catorce individuos fueron detenidos en un operativo que abarcó tres estados, evidenciando la sofisticada logística de este grupo criminal en México y su impacto en la agenda de seguridad.
El operativo federal: Un músculo frente a la criminalidad
México ha vuelto a exhibir músculo frente a las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de armas. Este jueves, las autoridades federales comunicaron un nuevo operativo que se ha saldado con catorce detenidos después de realizar dieciséis cateos en tres estados distintos: el estado de México, Nayarit y Jalisco.
Fuentes del gabinete de seguridad han detallado que la célula criminal estaba relacionada con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El grupo criminal se dedicaba a la compra, modificación y venta de armas en el estado de México, Jalisco y Nayarit. Las autoridades federales han subrayado, en un comunicado, que la célula estaba relacionada con un grupo delictivo con amplia presencia en esos estados. En referencia al CJNG, este se posiciona como uno de los grupos criminales más poderosos y con más dominio de territorio en México, con negocios que abarcan el tráfico de drogas, de personas y, también, de armas.
Las fuerzas de seguridad, provistas de órdenes de cateo y aprehensión contra los sospechosos, realizaron catorce cateos en Jalisco, uno en el estado de México y otro en Nayarit, lo que subraya la coordinación y el alcance geográfico de la operación.
Desmantelando la red: Perfiles y material incautado
El operativo logró arrestar a catorce personas. Siete de ellas han sido identificadas por los agentes como “operadores de primer nivel”, con funciones de jefe de plaza, operaciones financieras y logísticas, lo que demuestra la estructura jerárquica de la célula. Otros tres de los detenidos son los encargados directos de la compra, modificación y venta de las armas ilícitas. Al menos uno de ellos está acusado de resguardar la bodega donde se almacenaba la mercancía.
Entre los detenidos destaca Héctor Agustín Díaz Vázquez, alias Cachorro, a quien las autoridades identifican como el líder de la célula y el jefe de plaza del CJNG. Este sospechoso operaba como proveedor de armamento a distintas facciones del grupo criminal, lo que revela la importancia estratégica de la red desarticulada.
Durante los cateos, se aseguraron armas largas, municiones y cargadores, granadas, placas balísticas y equipo táctico. Además, se incautaron siete vehículos y dieciséis inmuebles. Uno de estos inmuebles estaba específicamente habilitado para funcionar como armería y bodega, evidenciando la infraestructura logística del grupo.
El tráfico de armas: Una crisis bilateral persistente
Estos arrestos se producen en un momento de tensión constante entre México y Estados Unidos por el tráfico de armas. El país del norte envía cada año a su vecino del sur, a través de la frontera, alrededor de 200.000 armas, según cálculos de los analistas, que terminan en manos del crimen organizado.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos llegó a reconocer, tras la publicación de la Evaluación Nacional del Comercio y Tráfico de Armas de Fuego (NFCTA, por sus siglas en inglés), que “los carteles se están armando a través de los canales de tráfico de Estados Unidos”. Este informe revelaba que el 74% de las armas que usan los grupos del crimen organizado en territorio mexicano llegan ilegalmente desde Arizona, California, Nuevo México y Texas, subrayando la magnitud del problema.
México ya ha demandado a once fabricantes y distribuidores de Estados Unidos por su responsabilidad en el trasiego de armamento. La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró en febrero que la administración de Trump estaba dispuesta a colaborar contra el tráfico de armas, aunque Washington excluyó esa parte de sus comunicados oficiales después de la reunión con la mandataria. Con todo, el tráfico de armas desde Estados Unidos no cesa y el informe de Stop US Arms to Mexico señala que la circulación ilícita se ha intensificado, haciendo de esta desarticulación un paso crucial, pero no el fin de un desafío complejo.