CANCÚN.- El Gobierno de Quintana Roo dejó claro, en el Paquete Fiscal 2026 enviado al Congreso, que el Visitax se convertirá en una de sus principales fuentes de ingresos el próximo año.
Sin aumentar la cuota que pagan los turistas, el Gobierno del Estado proyecta recaudar casi 3 mil millones de pesos adicionales, cifra que representa el 60% del crecimiento total del presupuesto para 2026.
Aunque el monto del Derecho a Visitantes Extranjeros se mantiene en 2.50 UMA (casi 283 pesos), el mensaje es evidente: el gobierno quiere asegurar la recaudación “caiga quien caiga”, corrigiendo lo que califica como una captación “deficiente” del impuesto.
La estrategia para lograrlo será trasladar a los hoteles la responsabilidad de cobrar y retener el Visitax, convirtiéndolos en responsables solidarios del pago. Esto supone un cambio profundo: los centros de hospedaje no solo deberán verificar que cada turista pague, sino también responder ante el fisco estatal si no lo hace.
El objetivo financiero es contundente. En 2025 se calcularon 1,393 millones de pesos por Visitax; para 2026, el gobierno espera 4,307 millones, un brinco de 309%, prácticamente todo proveniente del nuevo esquema de cobro. El otro concepto del rubro —los 5 dólares que pagan los pasajeros de crucero— permanece sin cambios.
Con ello, el presupuesto estatal subiría de 51,473 millones en 2025 a 56,513 millones en 2026. De este incremento de poco más de cinco mil millones, tres mil millones dependerán exclusivamente del Visitax.
El Paquete Fiscal también contempla la creación de un Fideicomiso sin estructura, que administrará los recursos a través de tres fondos: 10% para Promoción Turística y Control de Crisis, 40% para Control de Sargazo, Limpieza y Recuperación de Playas y 50% para Proyectos Estratégicos con incidencia en el turismo.
Sin embargo, la resistencia empresarial ya se hizo sentir. El Consejo Hotelero de Quintana Roo manifestó un rechazo frontal al nuevo sistema de retención, argumentando que traslada al sector responsabilidades fiscales que no le corresponden y podría afectar la experiencia de los visitantes, obligándolos a pagar un derecho que muchos ni siquiera sabían que existía.
