
Harvard, ícono del prestigio académico global, enfrenta una ofensiva política sin precedentes desde Washington. Mientras Trump redobla ataques, Alemania y Hong Kong extienden la alfombra roja a su comunidad académica.
Europa y Asia aprovechan el descontento académico en Estados Unidos
El asedio político a Harvard ha abierto una grieta en la hegemonía educativa de Estados Unidos. Lo que para Donald Trump es una cruzada ideológica, para países como Alemania y Hong Kong representa una oportunidad histórica: revertir décadas de fuga de cerebros y capital científico hacia Norteamérica.
En medio del conflicto, el ministro federal de Cultura de Alemania, Wolfram Weimer, lanzó una invitación directa: establecer un “campus en el exilio” de Harvard en suelo alemán. Casi simultáneamente, la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong ofreció recibir a estudiantes internacionales desplazados. ¿La meta? Captar talento antes monopolizado por las universidades de la Ivy League.
Las razones detrás del éxodo académico desde EU
Recortes, deportaciones y vigilancia: el nuevo entorno para la ciencia
Desde que Trump asumió la presidencia, ha impulsado una agenda contraria a la ciencia, la diversidad y la inclusión. Entre sus principales acciones destacan:
- Recorte de miles de millones en financiamiento a salud, educación y ciencia.
- Despidos masivos de empleados federales en esos sectores.
- Subvenciones científicas en sus niveles más bajos en décadas.
Esto no sólo afecta a las instituciones. Cerca de la mitad de los estudiantes de posgrado en ciencia e ingeniería en EU son extranjeros, muchos de los cuales hoy temen por su estatus migratorio.
Casos que ilustran la tensión
Uno de los episodios más representativos es el de Kseniia Petrova, una bióloga rusa en Harvard, detenida por no declarar correctamente embriones de rana. Ahora enfrenta una posible deportación.
Además, el Congreso ha solicitado información específica sobre estudiantes chinos, bajo el pretexto de “seguridad nacional”, exacerbando el sentimiento de persecución en campus como Princeton, Columbia y Cornell.
Trump vs Harvard: guerra ideológica y financiera
¿Antisemitismo o excusa para una cruzada conservadora?
El conflicto se agudizó tras el ataque de Hamás a Israel en 2023. Las protestas pro-Palestina en universidades estadounidenses sirvieron a la Casa Blanca como argumento para atacar a las instituciones por presunto antisemitismo.
Pero detrás hay más: la eliminación de políticas de diversidad, la fiscalización extrema de las admisiones y el intento de controlar la autonomía académica. Harvard, símbolo de la élite intelectual liberal, ha sido el blanco más visible.
Millones en juego y un modelo bajo amenaza
El gobierno ha recortado al menos 2 mil 600 millones de dólares en fondos a estas universidades. Incluso ha amenazado su estatus sin fines de lucro y busca influir en sus programas académicos.
Este embate pone en duda la continuidad del liderazgo estadounidense en innovación científica, lo cual otros países no han tardado en notar.
La respuesta global: Europa lanza el anzuelo
Iniciativas millonarias para atraer talento
Los países europeos no solo han manifestado interés simbólico. También han puesto dinero sobre la mesa. Algunos ejemplos:
- Unión Europea: Fondo de 500 millones de euros para captar investigadores.
- Francia: 100 millones de euros para posicionarse como refugio científico.
- España: 45 millones adicionales en contratación de académicos.
- Reino Unido: Plan de 50 millones de libras para atraer talento.
Alemania, Suecia y Austria han sumado esquemas de contratación acelerada, financiamiento especial y visados rápidos.
¿Cambio real o ilusión óptica?
Pese al entusiasmo institucional, el éxodo científico no será masivo. Antoine Petit, del CNRS francés, aclara: “Estamos hablando de un puñado de individuos que se mudan… quizás un par de docenas, no más”.
Los salarios más bajos y la menor inversión histórica en ciencia aún son barreras. Sin embargo, el entorno político estadounidense podría cambiar el equilibrio.
¿Por qué Harvard aún resiste?
Recursos millonarios como barrera de salida
Una de las principales razones por las que muchos científicos dudan en abandonar EU es económica. Harvard tiene un fondo de dotación de 53 mil millones de dólares. Incluso las universidades menos dotadas de la Ivy League superan por mucho a sus pares europeas en capacidad financiera.
Esto se traduce en salarios más altos, laboratorios mejor equipados y más libertad para investigar.
Calidad de vida: el factor europeo
Algunas instituciones europeas contrarrestan esta brecha con argumentos de calidad de vida. Menores costos, seguridad social más robusta y mejores condiciones familiares son puntos clave.
Molly, una científica estadounidense que busca mudarse a Francia, lo resume así: “Gano menos, pero gasto mucho menos. Y duermo tranquila”.
Harvard en el exilio: ¿futuro distópico o nueva normalidad?
Un conflicto con efectos globales
Lo que comenzó como una batalla interna por la cultura y la política en Estados Unidos, hoy amenaza con reconfigurar el mapa global de la ciencia. Alemania y Hong Kong no solo quieren estudiantes: buscan posicionarse como nuevos polos de excelencia académica.
¿México puede aprender de esto?
Para países como México, donde la fuga de cerebros también es una preocupación estructural, este caso ofrece una lección clara: el entorno político y el financiamiento científico son factores decisivos para retener talento.
Fortalecer la autonomía universitaria, ampliar el financiamiento a la investigación y proteger la libertad académica son claves si no se quiere replicar el escenario estadounidense.
La ofensiva de Trump contra Harvard está teniendo repercusiones que trascienden lo político y se inscriben en el rediseño de la geografía del conocimiento global. Europa y Asia han respondido con pragmatismo, mientras Estados Unidos enfrenta las consecuencias de una estrategia que podría dejarlo sin su principal ventaja: el talento. El desenlace de este conflicto marcará no solo el destino de Harvard, sino el equilibrio científico del siglo XXI.