
La ofensiva comercial implementada por la administración del entonces presidente Donald Trump generó una respuesta inmediata en los flujos financieros globales. Analizamos cómo esta política, centrada en la imposición de aranceles, impactó directamente a sus principales socios comerciales, llevando a una marcada fuga de capitales de EE.UU. en los primeros meses de su segundo mandato.
El contexto de la ofensiva comercial
La administración del entonces presidente Donald Trump implementó una serie de medidas comerciales con el objetivo de compensar los déficits comerciales y promover una reindustrialización en Estados Unidos. Como parte de esta estrategia, se anunciaron e impusieron aranceles significativos a socios clave. El 4 de marzo, por ejemplo, vimos la imposición de un 25% a importaciones de Canadá y México, y 10% a energía canadiense. Adicionalmente, se duplicaron tarifas a todas las importaciones provenientes de China.
Ante la posibilidad de represalias, el 2 de abril se anunciaron cuotas a las importaciones de diferentes países, aunque esta medida se postergó para la mayoría. Sin embargo, sí intensificó la guerra comercial con China, que en un punto alcanzó cuotas acumulativas del 245% para algunos productos.
Impacto directo en los flujos de capital
Esta ofensiva comercial tuvo un impacto inmediato y palpable en los mercados financieros. Observamos que en abril inversionistas extranjeros liquidaron 50 mil 626 millones de dólares en valores estadunidenses, representando el mayor volumen en al menos cinco años. Este movimiento se produjo después de que los anuncios arancelarios generaran turbulencia global.
México: Salidas significativas
Entre marzo y abril, documentamos salidas de capital mexicano por un total de 13 mil 649 millones de dólares. Específicamente en abril, los inversionistas mexicanos vendieron 4 mil 482 millones de dólares en valores de largo plazo. A pesar de estas ventas, mantenían posiciones considerables por un total de 201 mil 397 millones de dólares en bonos del Tesoro, instrumentos de agencias gubernamentales y acciones corporativas.
China: Venta constante de activos
China, uno de los principales socios afectados, ha estado reduciendo su exposición a los activos estadounidenses desde julio del año previo. Hasta abril, sus retiros acumulados ascendían a 188 mil 652 millones de dólares. Solamente en abril, se registraron ventas por 23 mil 866 millones de dólares en bonos gubernamentales y acciones corporativas. Aún así, China conserva una posición sustancial, con un billón 217 mil 339 millones de dólares en valores de largo plazo.
Canadá: Desinversión acelerada
Canadá también reaccionó de forma decisiva. En abril, la desinversión canadiense alcanzó los 80 mil 774 millones de dólares, concentrada principalmente en bonos del Tesoro y acciones de corporativos. Notamos que esta tendencia venía de antes, ya que en enero los inversionistas canadienses habían realizado una venta considerable por 87 mil 167 millones de dólares. Al cierre de ese mes, su cartera en activos estadounidenses sumaba 2 billones 545 mil 601 millones.
La respuesta del mercado financiero
La amplitud de la respuesta del mercado se evidenció en el desglose de las ventas de abril, que totalizaron 50 mil 626 millones de dólares. Esta cifra significativa fue impulsada por diferentes actores:
- Instituciones extranjeras (fondos soberanos, bancos centrales): Liquidaron 30 mil 100 millones de dólares en instrumentos.
- Inversionistas extranjeros privados: Vendieron 20 mil 500 millones de dólares en activos.
El efecto también se extendió a los pasivos bancarios. Analizamos información del Tesoro que mostró una disminución de 14 mil 100 millones de dólares en los pasivos netos en dólares de los bancos con residentes extranjeros.
Perspectivas desde bancos de inversión
Esta situación llevó a algunas instituciones financieras a emitir advertencias. Recientemente, UBS señaló posibles problemas fiscales en Estados Unidos y sugirió que el gobierno podría aumentar el uso de medidas de represión financiera para gestionar ingresos y deuda. Como resultado, algunos analistas recomiendan reconsiderar una exposición excesiva al dólar.
La marcada fuga de capitales de EE.UU. observada en los primeros meses del segundo mandato de Trump ilustra la reacción directa de los principales socios comerciales ante las políticas arancelarias. Los datos analizados confirman una desinversión significativa, reflejo de la incertidumbre generada y la reevaluación de estrategias de inversión a nivel global por parte de instituciones y particulares. Nuestra investigación subraya la interconexión de las políticas comerciales y los flujos financieros internacionales.