Tras décadas de obsesión personal y promesas cinematográficas, Frankenstein, la nueva película de Guillermo del Toro, finalmente llegó a Netflix el 7 de noviembre de 2025. El cineasta mexicano, ganador del Óscar, propone una relectura rigurosa del clásico de Mary Shelley, desafiando las adaptaciones previas al buscar una fidelidad profunda a la novela gótica original.
La búsqueda de la fidelidad a Mary Shelley
La adaptación de Del Toro, estrenada en la plataforma de streaming en noviembre de 2025, ha generado debate sobre su apego a la obra original de 1818, escrita por Mary Shelley cuando tenía apenas 19 años. El director ha declarado que ha “vivido con la creación de Mary Shelley toda mi vida”, considerándola “la Biblia”, y buscando “cantarla en un tono diferente, con una emoción distinta”.
Para arrojar luz sobre esta fidelidad, el medio Variety consultó a Julie Carlson, experta en el período romántico británico y la familia Wollstonecraft-Godwin-Shelley. Carlson concluyó que la versión de Frankenstein de Guillermo del Toro “se asemeja más al libro” que cualquier otra adaptación cinematográfica realizada hasta la fecha.
Una película gótica sobre la naturaleza compleja del texto
Según la experta, uno de los factores clave es que el cineasta «divide la película como el libro y la enmarca de la misma manera», ofreciendo al público “una película gótica” en lugar de la acostumbrada “película de terror” que suelen presentar el resto de las adaptaciones de Frankenstein.
Del Toro consigue acercarse a “la naturaleza compleja del texto de Shelley”. Aunque otras cintas han explorado “las grandes cuestiones” de la novela, parecen tocarlas de forma más superficial, mientras que el director mexicano “intenta abordar diversos componentes de lo que el libro busca”.
Un elemento central que el cineasta enfatizó en su versión para Netflix fue retratar los años que pasó la criatura junto a la familia De Lacey y el anciano ciego. Carlson calificó esto como “muy interesante”, especialmente como una forma de “trascender las relaciones heterosexuales o incluso homoeróticas”. En definitiva, Guillermo del Toro ha logrado un Frankenstein que busca honrar no solo la novela, sino también a Mary Shelley y al grupo de autores que la acompañó (Percy Shelley, Lord Byron, etc.), cuando “muchas adaptaciones no pretenden ser fieles” a la escritora de la obra original.
Elenco «monstruosamente talentoso» y la estructura narrativa
El reparto principal, calificado por Netflix en su comunicado como un elenco “monstruosamente talentoso”, reúne a figuras estelares para reinterpretar la clásica historia de la creación, el monstruo interior y el amor.
Los protagonistas y el reparto incluyen:
- Oscar Isaac: Encarnó al científico Víctor Frankenstein, un hombre brillante y obsesionado con desafiar a la muerte, cuya interpretación transita entre la genialidad y la locura.
- Jacob Elordi: Dio vida a la criatura, cuya tragedia y humanidad son el centro emocional del filme.
- Mia Goth: Interpretó a Elizabeth, el amor y la condena del protagonista, y parece destinada, según Deadline, a encabezar una posible secuela inspirada en La novia de Frankenstein.
- Christoph Waltz: Actúa en el papel de Henrich o Heinrich Harlander, un mecenas que se ve envuelto en los peligrosos límites de la ciencia.
- Felix Kammerer: Es William Frankenstein.
- Lars Mikkelsen: Actuó como el capitán Anderson.
- Charles Dance: Como el barón Leopold Frankenstein.
- David Bradley también formó parte del elenco.
La película fue dividida en tres secciones para reflejar la forma epistolar de la obra original, según explicó el editor Evan Schiff a Netflix Tudum. Esta estructura incluye un Preludio helado y dos capítulos titulados El cuento de Víctor y El cuento de la criatura.
El compromiso artesanal y la visión de Del Toro
Guillermo del Toro ha dejado claro su amor por la artesanía en esta producción, negándose a abusar de los efectos visuales (VFX) para brindar una cinta más creíble y con el arte tradicional del cine como pilar.
El cineasta llegó a construir un barco desde cero para la cinta, destacando que el navío es “otro personaje más de la película” y que no quería que el público desconectara viendo un buque digital. También se ha destacado que las grandes escenas de acción son «totalmente reales».
Nueve meses para el laboratorio
Este compromiso artesanal se demuestra en el esfuerzo de producción: tardaron nueve meses en construir el laboratorio de Frankenstein, aunque luego solo se grabaran 12 tomas del mismo.
Por otra parte, la transformación física de Jacob Elordi para el rol de la criatura fue un proceso laborioso que requirió hasta diez horas diarias de maquillaje durante el rodaje en Toronto y Escocia. El actor explicó que la evolución física en pantalla refleja el viaje emocional del personaje: al nacer, tiene “el pecho abierto”, pero cuando empieza a sentir dolor, “se encorva”, y de adulto “se cierra”.
Ovación en Venecia y el juicio de la crítica internacional
Frankenstein tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Venecia, donde fue recibida con una ovación de 13 minutos, un hecho que consolidó a Del Toro como el paradigma del autor total. La crítica internacional ha reaccionado con entusiasmo ante la obra, destacando tanto la estética visual como las profundas interpretaciones.
Medios especializados elogiaron la magnitud del proyecto:
- Variety: Elogió la transformación de Jacob Elordi, describiendo su actuación como “una interpretación física y emocionalmente devastadora”, y calificó el trabajo de maquillaje como “uno de los logros técnicos más notables del cine reciente”.
- Fotogramas: Señaló que el director «construye universos fantásticos para celebrar la singularidad humana y denunciar el despotismo institucional».
- The Hollywood Reporter: La calificó como “una narración a escala épica, de excepcional belleza y creatividad artística”.
- The Guardian: La definió como “un melodrama monstruosamente bello”, mientras que The Wrap señaló que es “monstruosamente conmovedora”.
- The Telegraph: Se rindió ante la interpretación de Elordi, indicando que su belleza y vulnerabilidad “hacen sentir simpatía por el diablo”.
El monstruo como espejo de la arrogancia humana
La versión de Del Toro se inscribe en la línea de sus trabajos previos, como El laberinto del fauno o La forma del agua, donde las criaturas representan los márgenes de la sociedad. En este Frankenstein, el monstruo es tanto víctima como espejo de la ambición y la arrogancia humanas.
Según El País, la cinta es “una experiencia fílmica enorme, una mirada tierna y empática hacia el monstruo y hacia todos los que se sienten como él”. Esa visión compasiva hacia lo diferente refuerza la idea de que los verdaderos monstruos suelen ser los que se esconden detrás de la apariencia de normalidad. Con una combinación de drama gótico, sensibilidad poética y compromiso artesanal, Frankenstein promete convertirse en una de las obras más personales y ambiciosas de Guillermo del Toro.
A través de su visión poética y oscura, Guillermo del Toro logra una reinterpretación moderna que, más de dos siglos después, sigue interrogando a la humanidad sobre los límites del poder, la ciencia y el amor. ¿Será este Frankenstein de Netflix la obra más ambiciosa del cineasta mexicano, o solo la confirmación de su devoción por los marginados del mundo?







