
Una imagen que grita desde el silencio de Gaza
Cuando la fotógrafa palestina Samar Abu Elouf capturó el rostro de Mahmoud Ajjour, de solo nueve años, no solo retrató a un niño mutilado por la guerra: retrató una generación entera herida por un conflicto interminable.
La imagen fue tomada en marzo de 2024 y acaba de ser galardonada como Foto del Año por World Press Photo, uno de los reconocimientos más importantes del fotoperiodismo mundial.
Con la palabra clave foto del año World Press Photo al frente, este artículo contextualiza el impacto emocional y político del retrato ganador.
El rostro de una infancia fracturada
Un niño sin brazos, un mundo sin respuestas
En la imagen galardonada se ve a Mahmoud Ajjour con ambos brazos amputados por debajo de los hombros, tras un ataque israelí en la Franja de Gaza. La escena es serena, pero desgarradora. No hay sangre ni explosiones, pero la tragedia se cuela en la mirada del niño.
El retrato fue realizado para The New York Times por Samar Abu Elouf, fotoperiodista palestina residente en Qatar. El contexto de la fotografía no es menor: fue tomada poco después de que Mahmoud sobreviviera a un bombardeo mientras huía con su familia.
La frase que rompió el alma
En palabras de la fotógrafa, lo más duro fue lo que le contó la madre del niño:
“Cuando Mahmoud se dio cuenta de que le habían amputado los brazos, lo primero que preguntó fue: ‘¿Cómo voy a poder abrazarte?’”
Una frase que encapsula no solo el trauma físico, sino el dolor humano más íntimo: la imposibilidad de brindar amor en medio de la devastación.
World Press Photo: testimonio y denuncia
¿Qué premia realmente el jurado?
La edición número 68 del concurso seleccionó la foto del año de entre 59 mil 320 imágenes enviadas por 3,778 fotógrafos de 141 países. La elección no fue casual:
“Es una foto silenciosa que habla en voz alta”, afirmó Joumana El Zein Khoury, directora ejecutiva de World Press Photo.
Este reconocimiento no es solo técnico o estético. Es, sobre todo, una elección editorial con carga política. El retrato de Mahmoud no solo cuenta una historia personal, sino que pone el foco en el conflicto entre Israel y Palestina desde la mirada de las víctimas más invisibles: los niños.
Un galardón con mensaje global
World Press Photo busca premiar el poder narrativo de la imagen. Este año, esa narrativa apunta hacia Gaza, hacia la infancia rota por la guerra, y hacia la necesidad urgente de que el mundo escuche. En una era de sobreinformación, esta fotografía corta el ruido con una verdad pura y dolorosa.
Gaza: entre la guerra y la resistencia visual
La fotografía como resistencia desde el sur global
El hecho de que la imagen ganadora haya sido tomada por una fotógrafa palestina tiene también un valor simbólico enorme. No es una mirada externa la que interpreta el dolor, sino una voz del territorio.
Samar Abu Elouf no solo documenta; resiste visualmente. Su trabajo forma parte de una generación de fotoperiodistas del sur global que denuncian con imágenes lo que muchas veces los grandes medios ignoran o minimizan.
El niño sin brazos como símbolo colectivo
La imagen de Mahmoud Ajjour sintetiza el conflicto israelí-palestino sin necesidad de mostrar armamento, banderas o ideologías. Es una representación del precio humano que pagan los civiles en medio de intereses geopolíticos.
En el mundo árabe, y especialmente entre los pueblos desplazados, la figura del niño mutilado tiene un fuerte impacto emocional. No es solo el retrato de una víctima, sino una denuncia viva. Un recordatorio incómodo de que las guerras no acaban cuando cesan los disparos.
El poder de una imagen en la era digital
¿Por qué esta foto puede impactar más que un video viral?
En plena era de TikTok y scroll infinito, donde miles de imágenes circulan sin dejar huella, esta fotografía destaca por su capacidad de detener el tiempo. El rostro de Mahmoud no necesita movimiento para hablar.
Esa pausa es su fortaleza. Invita a mirar dos veces, a no pasar de largo, a enfrentar una realidad que incomoda. El fotoperiodismo humanista, como el que representa esta imagen, mantiene su vigencia como antídoto ante la banalización de la violencia.
Visibilidad y controversia en redes sociales
Desde que se anunció el premio, la imagen ha sido ampliamente compartida en redes sociales, pero también ha generado controversia. Algunos sectores la acusan de “revictimización” o de usar el sufrimiento infantil como herramienta política. Otros, en cambio, la consideran un testimonio necesario que visibiliza lo que muchos medios no se atreven a mostrar.
La imagen que queda cuando todo arde
Una historia con eco en generaciones futuras
El jurado del World Press Photo fue claro: esta imagen no solo cuenta la historia de un niño, sino la de un conflicto que seguirá teniendo repercusiones por generaciones. La guerra en Gaza ha dejado miles de muertos, decenas de miles de heridos, y una herida moral en el cuerpo colectivo del planeta.
Mahmoud Ajjour es, hoy, el rostro de esa herida. Un niño que ya no puede abrazar, pero cuya imagen abraza al mundo con fuerza brutal.
Lo que sigue: periodismo con propósito
Premios como este recuerdan que el periodismo no es solo informar, sino dar sentido, construir memoria y exigir justicia. La foto del año 2024 no es una victoria de la estética, sino de la ética. Un llamado a no voltear la mirada.