
El rescate que nunca terminó
“Hasta 2050”. Así, con una fecha que parece ciencia ficción, la presidenta Claudia Sheinbaum resucitó una de las heridas más profundas del sistema financiero mexicano: el Fobaproa. Durante una Mañanera cargada de señalamientos, Sheinbaum afirmó que la deuda del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) seguirá pesando sobre los mexicanos por los próximos 25 años. No solo eso: lo que comenzó como un “rescate financiero” se ejecutó sin reglas claras y bajo criterios discrecionales, según la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Fobaproa: de salvavidas financiero a cadena perpetua presupuestaria
Origen del Fobaproa y su transformación en deuda pública
El Fobaproa se creó en 1990 como un fondo para proteger el sistema bancario ante eventualidades financieras. Sin embargo, tras la crisis de 1994, el gobierno convirtió deudas privadas de bancos y empresas en deuda pública. En 1998, el Fobaproa se transformó en el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), formalizando el traspaso de obligaciones al erario público.
La carga fiscal heredada
Según datos oficiales, la deuda heredada del Fobaproa/IPAB ha representado un gasto constante en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Tan solo en 2023, se destinaron más de 40 mil millones de pesos para su servicio. Estos pagos, que podrían mantenerse hasta 2050, afectan directamente las finanzas nacionales y limitan inversiones en sectores clave como salud, educación e infraestructura.
“Pagos discrecionales” y falta de reglas
Lo más alarmante, según Sheinbaum, es que la asignación de recursos se hizo sin reglas de operación. “Fue absolutamente discrecional”, dijo, en una frase que retumbó en el Salón Tesorería. A diferencia de otros países, donde el rescate bancario fue temporal o condicionado, en México se implementó sin filtros ni auditorías efectivas. La ASF, agregó, no pudo fiscalizar completamente el proceso debido a resoluciones de la Suprema Corte en ese entonces.
Contexto internacional: lo que otros países hicieron diferente
Modelos comparados de rescate bancario
Durante la crisis financiera global de 2008, países como Estados Unidos y Reino Unido también intervinieron para salvar a sus bancos. Sin embargo, esas operaciones fueron temporales, con mecanismos de recuperación y venta de activos. En México, en cambio, se consolidó un modelo de subsidio sin retorno.
La excepción mexicana
“Solo en México el gobierno rescató a los particulares”, subrayó Sheinbaum. Y ese es el punto crítico: mientras otros gobiernos recuperaron parte de sus inversiones, el mexicano cargó con la factura sin exigir responsabilidades claras a los beneficiarios.
La factura ciudadana: impacto social y económico
Un peso diario para cada mexicano
Cálculos económicos estiman que el costo anual de la deuda del Fobaproa equivale a poco más de mil pesos por habitante. Es un goteo constante del erario que podría destinarse a programas sociales, infraestructura o pensiones.
El costo de la impunidad
La ausencia de auditorías completas y la opacidad en los criterios de pago han dejado una sensación de impunidad. A más de dos décadas del rescate, no hay una lista pública de beneficiarios ni una rendición de cuentas efectiva.
Edgar Amador y la deuda: lo que sigue
Una promesa de transparencia
Sheinbaum anunció que el secretario de Hacienda, Edgar Amador, comparecerá próximamente en la Mañanera para detallar cuánto se paga cada año por esta deuda. Se espera que presente cifras actualizadas y explique el mecanismo financiero que mantiene vivo el pasivo.
¿Un giro de timón?
El contexto plantea preguntas incómodas: ¿hay posibilidad de renegociar o auditar la deuda pendiente? ¿Podrá el nuevo gobierno presionar por transparencia retroactiva? A la fecha, no se han anunciado medidas concretas para modificar el esquema actual.
Storytelling desde el sur: lo que el Fobaproa significó en el sureste
Bancos quebrados, negocios cerrados
En estados como Quintana Roo y Yucatán, la crisis del 94 y el Fobaproa dejaron cicatrices visibles. Decenas de pequeñas empresas quebraron mientras los grandes grupos bancarios eran rescatados. Comerciantes de Chetumal, Cancún y Mérida recuerdan cómo se desplomaron los créditos y se dispararon los embargos.
La desconfianza institucional
La opacidad con la que se manejó el Fobaproa alimentó una desconfianza que persiste hasta hoy. En zonas como el Caribe Mexicano, donde la informalidad domina, el recuerdo de aquel rescate para unos pocos alimenta el escepticismo hacia las instituciones federales.
Corrupción y legado jurídico
La intervención de la Suprema Corte
Uno de los puntos más sensibles es que la ASF no pudo auditar el Fobaproa en su totalidad debido a resoluciones de la Suprema Corte de Justicia. Esto blindó legalmente a los beneficiarios y obstaculizó una fiscalización efectiva.
¿Responsabilidades olvidadas?
Hasta ahora, ningún alto funcionario o banquero ha enfrentado consecuencias penales por el manejo del Fobaproa. La ausencia de sanciones ha dejado un precedente peligroso para futuros rescates financieros.
Un presente hipotecado
A más de 25 años del rescate bancario, el Fobaproa sigue siendo una herida abierta. Claudia Sheinbaum no solo reveló su costo prolongado, sino también la forma discrecional y corrupta en que se ejecutó. Aunque falta conocer los detalles que ofrecerá Hacienda, el mensaje es claro: el pueblo mexicano sigue pagando una deuda que no contrajo, mientras los beneficiarios permanecen en el anonimato. Es hora de abrir los expedientes, exigir transparencia y cerrar este capítulo con justicia.