
Asesinato político sacude al movimiento de Brugada: Noroña lanza dura condena desde Tabasco
Fue un ataque directo, una ejecución en plena vía pública. La violencia política en México vuelve a cobrarse la vida de dos jóvenes comprometidos con un proyecto de transformación. Desde Tabasco, el senador Gerardo Fernández Noroña no guardó silencio.
El presidente del Senado se refirió al crimen que costó la vida a Ximena Guzmán y José Muñoz, dos piezas clave del equipo de Clara Brugada, actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México y figura relevante en la estructura política de Morena. Sus palabras resuenan con fuerza: “Fue una ejecución en toda regla”.
Una ejecución que sacude al movimiento
El asesinato de Guzmán y Muñoz no es un hecho aislado, ni mucho menos una coincidencia. En palabras de Fernández Noroña, se trató de un ataque premeditado, planeado con precisión. “El sicario ya los esperaba”, afirmó. La descripción es cruda, pero necesaria.
Ambos colaboradores fueron atacados a tiros en Calzada de Tlalpan, en la alcaldía Benito Juárez, por agresores a bordo de una motocicleta. No hubo margen para sobrevivir. El crimen fue ejecutado con brutal eficiencia y cobró la vida de dos jóvenes identificados con un proyecto de izquierda.
Brugada, conmovida, confirmó los hechos. Ximena Guzmán era su secretaria particular. José Muñoz, su asesor. Ambos eran figuras de confianza en un entorno político ya de por sí tenso.
La violencia política: un enemigo de la democracia
Fernández Noroña no se quedó en la anécdota trágica. Elevó su pronunciamiento a una denuncia estructural. Acusó directamente a sectores de la oposición por promover un clima de hostilidad creciente. “La derecha está jugando un papel muy peligroso al promover un clima adverso”, declaró, dejando claro que la retórica de odio tiene consecuencias mortales.
El senador fue enfático: no se debe normalizar la violencia en la política mexicana. Su llamado fue doble: a la sociedad para mantener la memoria activa de las víctimas, y al Estado para garantizar justicia.
¿Se está gestando una escalada de violencia electoral?
Aunque aún faltan meses para las elecciones más grandes de la historia de México, el crimen en la Ciudad de México —y el pronunciamiento desde Tabasco— marca un punto de inflexión. No se trata solo de un ataque: es una advertencia sombría.
En años recientes, los asesinatos de actores políticos han aumentado, sobre todo en procesos electorales locales. Morena, por ser fuerza dominante, también se ha vuelto blanco. Pero cuando el fuego se dirige al núcleo del proyecto de la 4T, como es el caso de Brugada, las implicaciones son más graves.
Justicia y memoria: las demandas del movimiento
Fernández Noroña destacó que el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, ya se ha pronunciado públicamente, comprometiéndose a esclarecer los hechos. Sin embargo, para el senador, no basta con declaraciones.
“La política no debe resolverse con violencia”, recordó, exigiendo una transformación profunda de las condiciones que permiten que estos crímenes ocurran. En la próxima sesión de la Comisión Permanente del Congreso, se rendirá homenaje póstumo a las víctimas.
“Me parece que está yendo en incremento una campaña de agresión hacia compañeros y compañeras del movimiento que la derecha ha promovido irresponsablemente”, acusó Gerardo Fernández Noroña (@fernandeznorona) tras el asesinato de los colaboradores de Clara Brugada.
— Emeequis (@emeequis) May 20, 2025
Además,… pic.twitter.com/fnxY29fPLq
Una tragedia desde el sur, con eco nacional
El contexto en que Noroña lanza su condena —una visita a Tabasco— no es menor. El sureste mexicano ha sido clave en la construcción del movimiento de la Cuarta Transformación. La región representa el corazón ideológico del lopezobradorismo, y ahí fue donde Noroña eligió alzar la voz.
Tabasco, cuna del presidente López Obrador, se convierte en un espacio simbólico desde el cual denunciar la violencia y reafirmar el compromiso con un proyecto de transformación pacífica.
La política no puede seguir manchada de sangre
El asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz no solo hiere a sus familias o al equipo de Brugada. Lastima a la democracia. Cuestiona la posibilidad misma de construir un país desde la diferencia política, sin miedo, sin balas.
Fernández Noroña, en su papel institucional, pero también militante, puso en palabras lo que muchos temen: la violencia ya no distingue niveles ni geografías. La única salida es nombrar el problema y enfrentarlo.
El país necesita justicia, memoria y garantías de no repetición. Solo así, el sacrificio de quienes creyeron en la transformación no será en vano.