
En su red Truth Social, Donald Trump desató una nueva tormenta diplomática: culpó directamente a México y Canadá de facilitar la crisis de fentanilo que azota a Estados Unidos. La acusación, cargada de tensión geopolítica, se dio mientras recrudecía su pugna con China por temas comerciales. El fentanilo vuelve al centro del debate continental.
Trump revive su discurso: fentanilo, frontera y enemigos externos
Contexto de las declaraciones
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, recurrió nuevamente a un viejo recurso discursivo que ha marcado su carrera política: responsabilizar a actores externos de los males internos. Esta vez, lo hizo al vincular la epidemia del fentanilo con México, Canadá y China.
En su plataforma Truth Social, Trump no solo arremetió contra Pekín por rechazar aeronaves Boeing, sino que redobló sus señalamientos sobre el papel de México y Canadá en el flujo de fentanilo hacia territorio estadounidense.
Una narrativa conocida pero con nuevas tensiones
Trump sostuvo que China continúa enviando “miles de toneladas de fentanilo” que cruzan hacia Estados Unidos a través de las fronteras norte y sur. Enfatizó que estas drogas están “matando a cientos de miles de personas” y exigió medidas inmediatas.
Aunque su narrativa no es nueva, su reaparición ocurre en un contexto donde crecen las tensiones comerciales entre Washington y Pekín, lo que da un giro estratégico a sus acusaciones.
¿Qué hay detrás del señalamiento a México y Canadá?
México en el ojo del huracán
Durante su administración, Trump impulsó una política migratoria y de seguridad fronteriza altamente restrictiva. En ese marco, el tema del narcotráfico fue clave, y el fentanilo —una droga sintética hasta 50 veces más potente que la heroína— se convirtió en símbolo de una amenaza transfronteriza.
Según diversas agencias estadounidenses, buena parte del fentanilo que llega a Estados Unidos es manufacturado con precursores químicos provenientes de China, procesado en México y luego traficado por redes criminales. No obstante, el gobierno mexicano ha rechazado repetidamente ser el origen del problema, argumentando que es solo un país de tránsito.
Canadá, el actor inesperado
Que Trump mencione también a Canadá es revelador. Aunque el país suele quedar fuera del foco en asuntos de narcotráfico, su inclusión en este discurso apunta a reforzar la idea de un cerco fallido en ambos extremos fronterizos de Estados Unidos. Este giro podría tener implicaciones en la política migratoria, comercial y de seguridad del bloque norteamericano.
La crisis del fentanilo en cifras
Dimensión de la emergencia en Estados Unidos
- Más de 100,000 muertes por sobredosis registradas en EE.UU. en 2022, de las cuales un gran porcentaje están relacionadas con el fentanilo.
- El fentanilo sintético es actualmente la droga más letal en territorio estadounidense.
- El tráfico de esta sustancia ha generado una crisis de salud pública sin precedentes, con un costo económico y humano incalculable.
Tráfico y geopolítica: una mezcla explosiva
La mezcla de salud pública y geopolítica es cada vez más evidente. Trump no solo busca apuntar al exterior como causa de la crisis, sino también posicionarse políticamente ante su base electoral en un año preelectoral.
El uso político de una tragedia
Storytelling desde la frontera
En ciudades fronterizas como Tijuana o Ciudad Juárez, los efectos del narcotráfico son visibles más allá de las cifras. Comunidades enteras viven bajo la sombra del crimen organizado, mientras que autoridades enfrentan recursos limitados para combatir el flujo de drogas hacia el norte.
En Sonora y Sinaloa, zonas dominadas históricamente por cárteles, los laboratorios clandestinos han proliferado, incluso con operativos frecuentes por parte del Ejército Mexicano. Sin embargo, la presión internacional, sobre todo desde Estados Unidos, incrementa la tensión entre cooperación y soberanía.
El discurso de Trump como estrategia electoral
Trump ha hecho del tema fronterizo una de sus principales banderas. Su narrativa de “cerrar la frontera” y “detener el flujo de drogas” apela a sectores conservadores que ven en la inmigración y el narcotráfico un mismo fenómeno. Vincular ambos con México y ahora también con Canadá, refuerza un discurso de “cerco” necesario para salvar a Estados Unidos.
¿Qué puede hacer México ante este nuevo embate?
Retos diplomáticos y narrativos
El gobierno mexicano enfrenta una encrucijada: responder con firmeza sin escalar tensiones. Ya en el pasado, el presidente López Obrador ha calificado como “falsas” las acusaciones de que México es el origen del fentanilo.
México ha propuesto, en foros binacionales, mayor cooperación, intercambio de inteligencia y vigilancia de precursores químicos. Pero el mensaje de Trump pone a prueba no solo la relación diplomática, sino también la percepción pública en ambos países.
La presión internacional no cede
Organismos como la DEA han insistido en el vínculo entre cárteles mexicanos y el tráfico de fentanilo, mientras que autoridades chinas han rechazado estar detrás del suministro ilegal. Entre la presión de Washington y las tensiones con Pekín, México navega un terreno diplomático minado.
Una crisis transnacional, un discurso de campaña
La acusación de Trump, aunque no nueva, revela cómo los temas de salud pública, seguridad y diplomacia se entrelazan en los discursos políticos. El fentanilo no es solo una crisis sanitaria, sino también un arma retórica para movilizar narrativas de frontera, amenaza externa y control territorial.
En tiempos electorales, cada palabra cuenta. Y cuando esa palabra es “fentanilo”, el eco cruza fronteras.