
Miles de personas marcharon este domingo en Hermosillo, exigiendo justicia tras el feminicidio de Margarita y sus tres hijas en el poblado Miguel Alemán. La movilización, convocada por colectivos feministas, puso en evidencia la creciente violencia y la demanda por la correcta tipificación de los casos. La protesta se centró en la ineficacia de los protocolos oficiales.
Marcha por la justicia y la dignidad: un reclamo unificado
Más de 2 mil personas se unieron a la movilización, denominada Marcha por la Justicia y la Dignidad, en Hermosillo el 13 de julio de 2025. Vestidos de negro y portando retratos de las víctimas, las familias de Margarita, Meredith, Madelin y Karla encabezaron la caminata. La marea humana que los arropaba, diversa y familiar, llenó las calles del centro de la ciudad, con consignas como “Ni una más”, “Las niñas no se tocan” y “No me quiero morir”.
La manifestación, convocada en redes por al menos catorce colectivos feministas como Ni Una Más HMO, Pan y Rosas, Rayos Violeta y Observatoria Ciudadana Sonora, tuvo como objetivo:
- Honrar la memoria de las víctimas.
- Visibilizar la violencia contra mujeres y niñas.
- Exigir garantías de no repetición.
- Solicitar castigo penal ejemplar para los responsables.
El debate sobre la tipificación: feminicidio o simple homicidio
La concentración en el callejón Velazco, entre el ayuntamiento de Hermosillo y el Palacio de Gobierno, se convirtió en un foro para denunciar la postura de la Fiscalía de Sonora. Representantes de los colectivos elevaron la voz para exigir que las cuatro muertes sean tipificadas como feminicidios y no como “simples homicidios vinculados al crimen organizado”, clasificación que, según los activistas, es la sostenida hasta ahora por la fiscalía.
Guillermina Romano, integrante de Observatoria Todas MX Sonora, reprochó que, a pesar de que el estado y el municipio están alertados por violencia de género, no se aplican las herramientas ni protocolos necesarios. Recordó que existían antecedentes de denuncia en el caso de Margarita y solicitudes de búsqueda de las niñas, pero ninguna activó la Alerta Amber ni otro protocolo efectivo.
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Romano subrayó que Sonora lleva casi cuatro años bajo Alerta de Violencia de Género y, lejos de disminuir, los feminicidios se han incrementado. Insistió en que no reconocer los asesinatos como feminicidios re-victimiza a las víctimas y falsea las cifras, lo que permite a la autoridad decir que los feminicidios han bajado, cuando en realidad los reclasifican como homicidios.
Cifras que evidencian la crisis
Los datos oficiales, según la activista, confirman la alarma:
- Hasta mayo de este año, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reconocía solo cuatro feminicidios en Sonora.
- En el mismo periodo, 36 casos se registraron como homicidios dolosos de mujeres, incluyendo a menores de edad.
- Sonora ocupa el tercer lugar nacional en mujeres víctimas de secuestro.
- Sonora ocupa el cuarto lugar en llamadas por violencia de pareja.
Además, varias participantes exigieron que se reconozca el feminicidio infantil en Sonora, señalando que la ley estatal no contempla esta figura, lo que impide dimensionar la gravedad de estos crímenes contra niñas.
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Falta de coordinación y exigencia de resultados
El pronunciamiento leído durante la protesta reclamó la falta de coordinación entre instancias como la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de Seguridad Pública, la Secretaría de las Mujeres y organismos como SIPINNA y el DIF. También evidenció que, a pesar de contar con una Secretaría de la Mujer desde 2021 y una Alerta de Violencia de Género activa en seis municipios, no existe un plan integral ni evaluaciones claras sobre los compromisos adquiridos. “No queremos solo mesas de trabajo ni fotos, queremos resultados”, reclamó una de las oradoras.
La Marcha por la Justicia y la Dignidad concluyó entre consignas, lágrimas y veladoras encendidas.
Los nombres de Margarita, Meredith, Madelin y Karla quedaron escritos en la explanada, un recordatorio silente de las vidas arrebatadas. Su eco persiste en las calles, exigiendo respuestas que van más allá de las cifras y desafían la impunidad ante los feminicidios en Sonora.