Una nueva caravana de migrantes ha partido desde la frontera sur de Chiapas, buscando en México la estabilidad que les ha sido negada en la región. Desesperados por respuestas de la Comar y el INM, estos cientos de individuos, varados por las políticas estadounidenses, ahora fijan su esperanza en el llamado «sueño mexicano».
La búsqueda de oportunidades y el cambio de destino
Alrededor de 300 migrantes iniciaron su marcha la mañana de este miércoles desde Tapachula, Chiapas. Su objetivo principal es claro: llegar a otras ciudades del país para encontrar empleo y avanzar en sus trámites migratorios. Durante meses, la mayoría ha enfrentado negativas o la falta de resolución de sus peticiones ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y el Instituto Nacional de Migración (INM).
Angy Madrid, una mujer hondureña que viaja con su hija de seis años, compartió su frustración con las autoridades: «Nos están negando los papeles más que todo, de la Comar, nos mandan para Migración y viceversa, y sólo nos dicen dos palabras y ya que nos regresemos a nuestra casa». Madrid ha buscado empleo sin éxito por meses y, cuando lo ha encontrado, ha sido con salarios precarios y jornadas laborales de más de 10 horas. Su meta es llegar a Monterrey, encontrar trabajo y obtener la documentación necesaria para una estancia legal.
La organización desde la base y la persistencia del movimiento
La salida de esta caravana no es un hecho aislado, sino el resultado de una organización interna entre los propios migrantes. Juan Ríos, de Nicaragua, reveló que los preparativos se realizaron a través de grupos de WhatsApp, impulsados por la inconformidad generalizada hacia las autoridades migratorias.
Este éxodo se materializó pese a la detención del activista Luis García Villagrán, coordinador del Centro de Dignificación Humana AC, quien inicialmente los acompañaría. Los migrantes, firmes en su determinación, decidieron avanzar aún con un número menor de integrantes al previsto. «Esté o no esté nosotros íbamos a salir porque no queremos más injusticia», sentenció uno de los participantes, reflejando el sentir colectivo.
Clamor por derechos humanos y el fin de los abusos
Previo a la partida, el padre Heyman Vázquez Medina, de la iglesia católica, encabezó una oración, utilizando la oportunidad para condenar los abusos que sufre esta población por parte de las autoridades y para exigir el respeto a sus derechos humanos.
La mayoría de estos migrantes se encuentran varados en el sur de México. Esta situación se agudizó tras el endurecimiento de las políticas migratorias impulsadas por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. Es por ello que, en un cambio significativo, lo que antes era la quimera del «sueño americano» ha mutado hacia la concreción de un «sueño mexicano», buscando una vida digna y legal dentro del territorio nacional.
La persistencia de estas caravanas migrantes desde Chiapas plantea interrogantes fundamentales sobre la efectividad de las políticas migratorias mexicanas y la capacidad del país para integrar a quienes, por necesidad, buscan en su suelo una nueva oportunidad. ¿Está preparado México para gestionar este cambio de paradigma en el flujo migratorio y garantizar los derechos de quienes ahora lo ven como su principal esperanza?