La Bolsa de Valores de Hong Kong ha expulsado definitivamente a China Evergrande Group este lunes, 25 de agosto de 2025, marcando el fin de una tumultuosa saga de auge y caída para sus inversores. Esta decisión simboliza el colapso del gigante inmobiliario y su modelo de crecimiento impulsado por la deuda, enviando una clara advertencia sobre la expansión desenfrenada.
La caída de un gigante: Evergrande fuera de la bolsa
La expulsión de China Evergrande Group de la Bolsa de Valores de Hong Kong es una de las mayores exclusiones por valor de mercado y volumen en los últimos años. La negociación de acciones del desarrollador más endeudado del mundo, con pasivos que superan los 300 mil millones de dólares, había estado suspendida desde el 29 de enero. Ese día, una notificación judicial ordenó la liquidación de la compañía tras incumplir sus deudas y no presentar un plan de reorganización, allanando el camino para su salida definitiva.
De la cumbre al abismo: La trayectoria financiera de Evergrande
Evergrande, alguna vez el principal desarrollador inmobiliario de China, hizo honor a su nombre con una cotización en Hong Kong en 2009 que fue la más grande realizada por un desarrollador privado chino, acumulando la mayor deuda en el sector inmobiliario a nivel global.
- Debut y ascenso: La empresa tuvo un fuerte debut en el mercado público, alcanzando un valor de acciones de 9 mil millones de dólares a finales de 2009, que creció más de cinco veces hasta los 51 mil millones de dólares ocho años después.
- Colapso: En el momento en que entró en vigor la suspensión comercial, su valor se había desplomado a apenas 282 millones de dólares. Sus acciones se vendieron a un máximo de 31.39 dólares de Hong Kong cada una, para caer a 0.163 dólares de Hong Kong en su última cotización.
Alec Tseung, socio de la empresa de inversión y asesoría KT Capital Group, afirmó que «esta exclusión de la bolsa marca un hito importante, simboliza la culminación de la dramática caída de Evergrande y señala el fin de una era para el modelo de crecimiento impulsado por el sector inmobiliario en China». Evergrande se negó a hacer comentarios al respecto.
El sector inmobiliario chino bajo asedio
La suerte de Evergrande podría no ser un caso aislado. El sector inmobiliario chino, afectado por una crisis de deuda sin precedentes desde 2021, sigue enfrentando una restricción de liquidez y una persistente falta de demanda por parte de los compradores de viviendas, según han señalado diversos analistas. A principios de este mes, China South City se convirtió en el primer desarrollador inmobiliario respaldado por el Estado en ser objeto de una orden de liquidación del Tribunal Superior de Hong Kong, siguiendo un destino similar para un puñado de pares de propiedad privada.
Medidas de estímulo y escepticismo
Las autoridades chinas se han esforzado por reactivar el sector, que en su día representaba una cuarta parte del producto interno bruto (PIB) de la economía. Esto ocurre mientras miles de compradores esperan sus casas sin terminar y los acreedores aguardan recuperar su dinero. La exclusión de la bolsa de Evergrande coincidió con un día en que las acciones inmobiliarias en Hong Kong y China continental subieron, ante la esperanza de más medidas de estímulo por parte de las autoridades chinas y la eliminación de algunas restricciones a la compra de viviendas en Shanghái.
Sin embargo, no muchos analistas están convencidos de las perspectivas de recuperación del sector. «Será difícil reactivar la demanda y el sentimiento de consumo cuando la gente tenga los bolsillos vacíos», advirtió Oscar Choi, director de inversiones de Oscar and Partners Capital Ltd., con sede en Hong Kong, quien cubrió a Evergrande como analista de acciones durante muchos años.
Hui Ka Yan: Del estrellato rural a la prohibición y batallas legales
El rápido ascenso de Evergrande a la cima, seguido de su dramático colapso, refleja el destino de su fundador, Hui Ka Yan. Criado por su abuela en un pueblo rural en la provincia central de Henan, comenzó como técnico de acero y llegó a ser una de las personas más ricas de China. En la fiesta de cotización de Evergrande en 2009, Hui Ka Yan estuvo acompañado por muchos de los magnates de Hong Kong, incluyendo a Cheng Yu-tung, el difunto fundador del gigante inmobiliario New World Development, y Joseph Lau, fundador de Chinese Estates.
En marzo del año pasado, a Hui se le prohibió participar del mercado de valores de por vida y se le impuso una multa de 47 millones de yuanes después de que el regulador acusara a la unidad insignia del grupo de inflar los resultados, cometer fraude de valores y no realizar divulgaciones oportunas. Si bien Hui no ha sido visto en público desde que fue detenido por las autoridades chinas en 2023, los liquidadores de la compañía están librando batallas judiciales con él para congelar sus activos en el extranjero y los de su exesposa, así como para recuperar 6 mil millones de dólares en dividendos y remuneraciones pagadas a él y a otros exejecutivos.
El desvanecimiento de la esperanza para acreedores y compradores
Los abogados estiman que el proceso de liquidación de Evergrande podría tomar una década, y la tasa de recuperación para los acreedores probablemente será muy baja. Los liquidadores de Evergrande informaron la semana pasada haber recuperado alrededor de 255 millones de dólares de la venta de los activos offshore de la empresa, que incluían bonos escolares, membresías de clubes, obras de arte y vehículos motorizados. Esta cifra contrasta drásticamente con las reclamaciones de los acreedores, que ascienden a 45 mil millones de dólares.
Mientras tanto, las esperanzas de algunos compradores de viviendas e inversores que invirtieron en los productos de gestión patrimonial de Evergrande también se están desvaneciendo. «Después de visitar muchas propiedades, elegí Evergrande porque pensé que una promotora tan grande no quebraría. Me equivoqué», lamentó un usuario de redes sociales identificado como 8AD2D1D4 en la plataforma Douyin, quien aún espera recibir la compra de su vivienda. La historia de Evergrande se erige así como un sombrío recordatorio de los riesgos inherentes a un crecimiento desmedido sin los cimientos de la sostenibilidad financiera.