La tensión política entre Washington y Caracas se agudiza. Estados Unidos ha incrementado drásticamente la recompensa por Nicolás Maduro a 50 millones de dólares. La fiscal general estadounidense, Pam Bondi, ha vinculado al mandatario venezolano con grupos criminales transnacionales, escalando la presión en el ámbito internacional.
Escalada en la recompensa: De 25 a 50 millones
La Casa Blanca, desde Washington, ha anunciado un aumento significativo en la recompensa por información que conduzca al arresto del presidente venezolano Nicolás Maduro. La cifra, divulgada este jueves 7 de agosto de 2025 a las 17:04, se eleva ahora a 50 millones de dólares. Este monto duplica la oferta previa de 25 millones de dólares que Estados Unidos mantenía por el líder bolivariano, intensificando la ofensiva legal y política contra el gobierno de Caracas.
Graves acusaciones: Vínculos con el tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa
La fiscal general estadounidense, Pam Bondi, fue la encargada de hacer pública esta escalada en la recompensa. A través de un video difundido en la red social X, Bondi acusó directamente a Nicolás Maduro de colaborar con organizaciones criminales transnacionales. Entre los grupos señalados por la fiscal se encuentran el temido Tren de Aragua y el infame Cártel de Sinaloa, sugiriendo una implicación directa del mandatario venezolano en redes de crimen organizado.
La patética respuesta de Caracas
La reacción desde Venezuela no se hizo esperar, aunque el Ministerio de Información venezolano no emitió una respuesta inmediata a la solicitud de comentarios. No obstante, el canciller venezolano calificó la recompensa como «patética». En sus declaraciones, el funcionario arremetió contra lo que denominó «la patética ‘recompensa’ de Pamela Bondi», describiéndola como «la cortina de humo más ridícula que hemos visto». Este posicionamiento refleja el rechazo categórico del gobierno venezolano a las acusaciones de Washington.
Este incremento en la recompensa, acompañado de acusaciones de alto calibre, posiciona a Nicolás Maduro en el centro de una renovada estrategia de presión internacional. ¿Será esta una medida decisiva o una escalada más en un conflicto que parece no tener fin?