El programa de repatriación de ciudadanos venezolanos desde Estados Unidos, que se había mantenido incluso en los picos de la tensión bilateral, ha sufrido una interrupción clave. El Ministerio del Interior de Venezuela informó que Estados Unidos suspendió «de manera unilateral» un vuelo de migrantes deportados Venezuela-Estados Unidos previsto para este viernes 12 de diciembre de 2025. Caracas confía en que la decisión sea prontamente rectificada.
Suspensión unilateral y tensiones por el crudo
El Ministerio del Interior de Venezuela (MININT) comunicó la noche del jueves 11 de diciembre de 2025, a través de Telegram, que recibieron la decisión del gobierno de los Estados Unidos de suspender, «de manera unilateral», el retorno de ciudadanos venezolanos programado para el viernes 12 de diciembre.
Esta interrupción, según el análisis de Caracas, no es un evento aislado. Ocurre justo después de una escalada significativa en la crisis bilateral, la cual se materializó en una serie de acciones punitivas por parte de Washington:
- Incautación de un buque: Estados Unidos incautó recientemente un buque cargado con petróleo venezolano.
- Nuevas sanciones: Se anunciaron nuevas sanciones dirigidas contra seis navieras que se encargan de transportar crudo del país, así como contra familiares del presidente Nicolás Maduro.
Los vuelos de deportados, que hasta este momento no habían sido interrumpidos por iniciativa de Washington, se convierten así en una nueva pieza de presión en el conflicto. A pesar del revés, la publicación en Telegram del ministerio venezolano manifestó su esperanza de reactivación: «Se confía en que el gobierno de Estados Unidos rectifique más temprano que tarde y se reinicie el proceso de regreso de los venezolanos afectados».
El precedente Trump y la lucha por el espacio aéreo
Es importante destacar que la llegada de aviones estadunidenses con indocumentados venezolanos se mantuvo con regularidad a lo largo de todo el año, operando a pesar de las profundas diferencias políticas entre ambas naciones.
Este flujo migratorio continuo se sostuvo incluso durante el despliegue militar ordenado por el expresidente Donald Trump en el Caribe, ocurrido en agosto. Caracas sostiene que dichas maniobras militares tenían objetivos explícitos de desestabilización, específicamente:
- Derrocar al presidente Nicolás Maduro.
- Apoderarse de las riquezas petroleras del país.
La postura de Washington
Hasta el momento del anuncio oficial por parte de Caracas, ni el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ni el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) habían respondido a los correos enviados con solicitudes para confirmar la cancelación del vuelo programado para este viernes.
La actual interrupción por parte de Washington contrasta con la dinámica previa, donde las pausas habían sido iniciadas por Venezuela. Un ejemplo se dio a finales de noviembre, cuando el expresidente Donald Trump afirmó públicamente que el espacio aéreo venezolano debía ser considerado como «totalmente cerrado». En respuesta, Venezuela optó por una breve interrupción del programa de repatriación, aunque reautorizó los vuelos tan solo unos días después.
La suspensión del 12 de diciembre establece un nuevo precedente, situando el programa migratorio directamente en la línea de fuego de las represalias económicas.
La suspensión de los vuelos de migrantes deportados Venezuela-Estados Unidos convierte a los ciudadanos en peones de una disputa que escala desde el ámbito económico hasta el geopolítico. El cese de la repatriación no solo impacta a las familias, sino que también subraya cómo las medidas de presión sobre el petróleo y las sanciones terminan por erosionar los acuerdos humanitarios mínimos entre Caracas y Washington.
