La Cisjordania reocupada volvió a ser escenario de intensas incursiones del ejército israelí este viernes 10 de octubre de 2025, en un contexto de asaltos de colonos que dejaron al menos siete palestinos heridos, incluyendo dos periodistas, en un preocupante recrudecimiento de la violencia.
Ataque de colonos israelíes y operaciones militares en Nablús
Durante la noche, un asalto de colonos israelíes se concentró en la localidad de Beita, al sur de Nablús, afectando a un grupo de agricultores palestinos que participaban en la cosecha de aceitunas. Según informes, los colonos incendiaron varios vehículos y agredieron a los recolectores de aceitunas de la zona de Yabal Qamas. Las imágenes difundidas en redes sociales muestran los enfrentamientos entre colonos y palestinos, mientras soldados israelíes disparaban al aire para dispersar a la multitud, conforme detalló el medio Times of Israel.
La Media Luna Roja palestina confirmó que el incidente resultó en al menos siete palestinos heridos. Dos de ellos eran periodistas: Jafar Shtayé, fotógrafo de la agencia France-Presse, y Wahaj Bani Muflih, quienes tuvieron que ser atendidos. Además, la Media Luna Roja constató que un palestino sufrió una herida de bala en un pie.
Intervención del ejército israelí y nuevas incursiones
El ejército israelí irrumpió en la zona tras los ataques de los colonos, dispersando los enfrentamientos con granadas de conmoción y gases lacrimógenos, dirigidos principalmente contra los palestinos. Poco después, al amanecer, las fuerzas israelíes ingresaron en dos barrios de Nablús en una operación destinada a detener a un ciudadano palestino.
Simultáneamente, el ejército llevó a cabo otra operación en la población de Deir Jarir, al este de Ramala, bloqueando su entrada principal. Deir Jarir también había sido escenario de ataques de colonos en las horas previas, aunque sin información adicional detallada.
La sucesión de incursiones y agresiones subraya la volátil situación en Cisjordania, donde los incidentes entre colonos, residentes palestinos y la intervención militar israelí son una constante fuente de tensión, generando un ciclo de violencia que impacta directamente a la población civil y a quienes intentan documentarla.
