La tensión entre Estados Unidos y Venezuela se agudiza tras acusaciones de narcotráfico y el despliegue militar en el Caribe. Washington advierte que usará «todo su poder» para frenar el flujo de drogas, mientras Caracas denuncia una amenaza a la paz regional.
La contundente postura de Washington
Este martes (19.08.2025), la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que Estados Unidos está preparado para «usar todo su poder» con el fin de frenar el «flujo de drogas hacia su país». La declaración se produjo en respuesta a preguntas sobre el despliegue de tres buques con 4.000 soldados en aguas del Caribe, cercanas a Venezuela.
En una rueda de prensa, Leavitt fue enfática al señalar que el presidente estadounidense, Donald Trump, «está preparado» para detener el narcotráfico y «llevar a los responsables ante la justicia». La funcionaria también arremetió directamente contra el liderazgo venezolano, insistiendo que, «según la opinión de esta administración», el «régimen de (Nicolás) Maduro no es el gobierno legítimo de Venezuela». Añadió: «Es un cartel del narcotráfico. Maduro no es un presidente legítimo. Es un líder fugitivo de este cartel, acusado en EE.UU. de tráfico de drogas al país».
Estas acusaciones se producen en un contexto de acciones legales y militares recientes. El pasado miércoles, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, destacó en una entrevista con la cadena Fox la confiscación de 700 millones de dólares en bienes que vinculó directamente con Maduro, a quien acusa de narcotráfico.
La respuesta de Caracas: «Falta de credibilidad» y soberanía
El gobierno de Venezuela, por su parte, aseguró este martes (19.08.2025) que las «amenazas» de Estados Unidos revelan una «falta de credibilidad» y ponen en riesgo la «paz y estabilidad» de toda la región. La Cancillería de Caracas, en un comunicado difundido a través de Telegram, señaló que «estas amenazas no solo afectan a Venezuela, sino que ponen en riesgo la paz y estabilidad de toda la región, incluyendo la Zona de Paz declarada por la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeño), espacio que promueve la soberanía y la cooperación entre los pueblos latinoamericanos».
El ejecutivo chavista sostuvo que observa con «total claridad» la «desesperación» de la administración estadounidense, que, según Caracas, «recurre a amenazas y difamaciones» contra Venezuela. «Que Washington acuse a Venezuela de narcotráfico revela su falta de credibilidad y el fracaso de sus políticas en la región», añadió.
Compromiso contra el crimen organizado y despliegue defensivo
Desde la salida en 2005 de la oficina de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Venezuela ha logrado «resultados contundentes en la lucha contra el crimen organizado», de acuerdo con el gobierno. Estos incluyen «capturas exitosas, desmantelamiento de redes y control efectivo de fronteras y costas, frutos del esfuerzo y compromiso» de sus instituciones.
Caracas reafirmó su postura de resistencia, insistiendo que «cada declaración agresiva confirma la incapacidad del imperialismo para doblegar a un pueblo libre y soberano».
La tensión se ha materializado también en despliegues militares. El pasado viernes, la cadena CNN, citando a dos fuentes de la defensa estadounidense, informó sobre el despliegue de la marina de ese país en aguas del Caribe, con el objetivo de combatir a los carteles del narcotráfico, al tiempo que se reforzó la presencia de aviones, barcos y lanzamisiles.
Tras este anuncio, el ministro de Interior y Justicia de Venezuela, Diosdado Cabello, confirmó que las autoridades venezolanas también están desplegadas en las aguas del país suramericano. En un movimiento previo, este lunes, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, había ordenado el despliegue de 4,5 millones de milicianos, componente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en todo el territorio nacional, como parte de un «plan de paz», haciendo un llamado a las milicias a estar «preparadas, activadas y armadas».
Este escalamiento de declaraciones y movimientos militares subraya la profunda crisis de confianza y las implicaciones geopolíticas que las acusaciones de narcotráfico generan en la región. ¿Podrán los mecanismos diplomáticos contener esta escalada o la confrontación se profundizará aún más?