Por primera vez, Emma Coronel Aispuro, esposa de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, decidió hablar abiertamente sobre su vida en el nuevo documental Married to El Chapo: Emma Coronel Speaks, estrenado el 28 de noviembre. Las revelaciones, emitidas por el canal Oxygen de NBCUniversal, ofrecen un panorama íntimo y hasta ahora desconocido de sus orígenes, su matrimonio y su tiempo en prisión, proporcionando claves fundamentales para entender el caso de la exreina de belleza y modelo.
Los orígenes y el primer encuentro con el líder del cártel
Emma Coronel Aispuro nació el 2 de julio de 1989 en California, Estados Unidos, aunque creció junto a sus padres y tres hermanos en Canelas, un pequeño pueblo enclavado en las montañas de la Sierra Madre Occidental, Durango.
Según el testimonio en el documental de Oxygen, Coronel creció en un entorno de escasos recursos, donde la siembra de mariguana era un recurso para mantener a las familias. Recordó la precariedad de su infancia:
- “No había agua potable ni electricidad, y por supuesto, ni televisión. Estábamos completamente aislados del mundo.»
- Ella creció “viendo y creyendo que el gobierno era el malo. Es como si te murieras de hambre o hicieras lo que tuvieras que hacer para sobrevivir».
Emma Coronel Aispuro es hija de Inés Coronel Barrera, quien fue detenido en abril de 2013 en Agua Prieta, Sonora.
El primer acercamiento con Joaquín Guzmán
La modelo y madre de dos gemelas, Emaly Guadalupe y María Joaquina, reiteró que conoció a Guzmán Loera, entonces el líder más reconocido del Cártel de Sinaloa, cuando ella tenía 16 años y él 49. El primer encuentro ocurrió previo a la coronación de la Feria del Café y la Guayaba de 2006, un certamen donde ella buscaba votos.
Coronel relató: “Escuché que había una persona importante en la fiesta a la que iba y me dijeron que quería bailar contigo. Un señor. Y me dijo: ‘Mi nombre es Joaquín’”. En ese momento, Guzmán Loera se encontraba prófugo de la justicia tras haberse escapado del penal de Puente Grande el 19 de enero de 2001. En aquel entonces, también se creía que tenía una relación con Griselda Guadalupe López, madre de dos miembros de Los Chapitos.
Coronel confesó que su interés fue dándose de forma paulatina, enamorándose de la personalidad del capo: “Está muy guapo, interesante, energético. Fue lo que hizo que llamara mi atención, que me interesara estar cerca de él”. Sobre la diferencia de edad, comentó: «Yo era joven, inmadura e inexperta. Él tenía 50 años».
Coronel sostuvo que, por vivir aislada y sin televisión, no reconoció su nombre al principio: “No sé si reconocí su nombre. Siempre que digo eso, la gente me pregunta: ‘¿Cómo no lo sabías? ¿Cómo no sabías si salía en la televisión?’. Yo no tenía televisión”.
Matrimonio simbólico y la vida bajo las sombras
El 2 de julio de 2007, poco después de que ella cumpliera 18 años, Coronel se casó con Guzmán Loera de manera «simbólica». Ella detalló que no fue una unión civil: “Fue una boda simbólica. No nos casamos por lo civil. Sencilla, en mi rancho, con mi familia, música, mi pastel”.
Señaló que, en un inicio, su relación era a distancia, mantenida por mensajes de texto. Para reunirse ocasionalmente, Coronel viajaba vía aérea a las montañas.
La estricta clandestinidad para no delatar a ‘El Chapo’
Coronel relató que el romance se transformó en un noviazgo en el que ella se cuidaba para no revelar el paradero de Guzmán Loera, pues sabía que era un blanco de seguimiento. Las medidas extremas para las visitas eran:
- Dejar todos sus teléfonos en casa.
- Tener que salir en un carro, luego entrar a una tienda, salir por la puerta de atrás y subir a otro carro.
- Volar en avionetas y aterrizar en pistas chiquitas clandestinas en diferentes ranchos en el estado de Durango.
Pese a lo excepcional de esta vida, Emma Coronel afirmó: “Para mí, esa era una vida normal”.
En lo que respecta a Guzmán Loera, ella mencionó que le gustaban las cosas del hogar como ver telenovelas, cantar o estar en la cocina. Aseguró que, al haber convivido con él personalmente, tiene “buenos recuerdos” y por ello no lo puede catalogar como un hombre “malo”. Sin embargo, señaló que con esto no busca limpiar su imagen ni «pintarlo como un ángel».
Coronel insistió en que nunca conoció los detalles de su actividad criminal: «No se sentó a hablarme de su trabajo. Ni le pregunté al respecto, ni lo vi trabajar». También aseguró: «Gracias a Dios, hasta ahora, nunca he visto a alguien perder la vida. Nunca estuve en una situación así”. Justificó su silencio diciendo: «No le pregunté de dónde venía su dinero por falta de experiencia, tal vez por comodidad, ¿me pongo a cuestionarle de dónde me das el dinero para comer? ¿o cómo?».
El juicio de nueva york y la traición de lucero sánchez
Emma Coronel rompió el silencio sobre la infidelidad, reconociendo el impacto emocional de los rumores persistentes sobre relaciones paralelas. Guzmán Loera solía negarlos o minimizar la situación, repitiéndole frases como: “La gente no quiere vernos bien”. Coronel indicó: «Pero no es como que de repente lo descubriera, como dicen ahora, con las manos en la masa o vi prueba… pues no las vi”.
La situación cambió drásticamente durante el juicio en Nueva York, cuando la intervención de Lucero Guadalupe Sánchez López, exdiputada local en Sinaloa y colaboradora del cártel, expuso la relación extramarital de Guzmán.
Coronel narró el dolor ante la confirmación: «Obviamente, (estaba) sufriendo imaginarlo de que me estuvieran engañando, ¿quién no? Duele que no fui la única pareja en su vida; que tuvo (amantes) antes, después y cuando estuvo conmigo”.
Periodistas que cubrieron el caso, como Jesús Esquivel, registraron que después del testimonio de Sánchez, Coronel y Guzmán acudieron juntos a una audiencia vestidos de manera idéntica, con chaquetas de terciopelo en tono vino. Coronel afirmó que eran solo «coincidencias» y que le «daba risa» que la prensa le diera significado a cualquier color de ropa.
La figura de la «Chapodiputada»
Lucero Guadalupe Sánchez López, nacida en Cosalá, Sinaloa, obtuvo una curul en el Congreso del estado en 2013 por el Partido Acción Nacional (PAN). En junio de 2015, su vida se complicó al usar documentos falsos para visitar a Guzmán Loera en el penal federal de El Altiplano.
La Cámara de Diputados le retiró el fuero, y fue detenida en junio de 2017 en San Diego, enfrentando cargos por tráfico de cocaína. Tras colaborar como testigo en el «juicio del siglo», Sánchez López obtuvo una reducción de condena. En septiembre de 2024, se sumó a un llamado por la paz en Sinaloa y publicó el libro autobiográfico La Chapo Diputada: Mi historia con el señor de la montaña.
La detención, el arrepentimiento y la vida post-cárcel
Coronel también recordó los momentos más críticos de la vida de Guzmán Loera. La segunda captura en 2014 en Mazatlán, Sinaloa, a manos de la Secretaría de Marina (Semar), la aterrorizó: “Creo que ese fue el momento en que más miedo sentí, porque mis hijas estaban en la habitación de al lado. Sentí miedo a la muerte”.
Posteriormente, la extradición de “El Chapo” a Estados Unidos el 19 de enero de 2017, para enfrentar múltiples cargos, la entristeció: «Sabía que era uno de sus miedos. Sabía que uno de sus miedos se había hecho realidad”.
En febrero de 2021, dos años después de que Guzmán fuera condenado a cadena perpetua en el país de las barras y estrellas, Emma Coronel fue detenida en Virginia. Fue acusada de lavado de dinero, tráfico de drogas y estar vinculada a una organización criminal. Se declaró culpable en junio de 2021 y fue condenada a 36 meses de prisión.
Obtuvo su libertad anticipada el 13 de septiembre de 2023, siendo castigada con un pago de 1.5 millones de dólares en restitución y cuatro años de libertad supervisada.
Sobre su tiempo en prisión, Coronel compartió: “Fue muy duro. Estar separada de mis hijas fue lo peor. Tienes tiempo para pensar, para llorar, no tienes nada que te distraiga. Estaba cayendo en una depresión”.
La carga del matrimonio en su familia
Coronel confesó que ha pensado en lo que pudo ser su vida: “Hasta el día de hoy, todavía me pregunto qué habría pasado si me hubiera casado con otra persona”.
Además, sugirió que la unión con Guzmán Loera fue la causa de la persecución de sus parientes, ya que su padre y sus hermanos fueron a prisión acusados de narcotráfico: “Si no me hubiera casado con él, mi padre y mis hermanos nunca habrían ido a presión”.
La exreina de belleza también ofreció disculpas a las víctimas de la violencia del cártel: «Me solidarizo con todas las personas que perdieron a un ser querido y que han sufrido… De verdad, de verdad, lo siento mucho». Actualmente, Coronel trabaja en su propia marca desde California, mientras «El Chapo» permanece incomunicado en ADX Florence.
Las declaraciones de Emma Coronel, reveladas en este documental, no solo pintan el retrato de una vida marcada por el aislamiento y el lujo clandestino, sino que también exponen el costo humano y familiar que conlleva ser la esposa del narcotraficante más notorio del mundo. La aparente normalización de la violencia y el dinero ilícito, sumada a la traición sentimental que se ventiló en la corte de Nueva York, obliga a cuestionar: ¿fueron estas confesiones un ejercicio de arrepentimiento genuino o una estrategia para reinsertarse en la vida pública tras pagar su deuda con la justicia?








