Millones de hondureños se fueron a dormir sin conocer al ganador de las elecciones generales de 2025. Los primeros boletines del Consejo Nacional Electoral (CNE) revelaron una tendencia crucial: la candidata oficialista, Rixi Moncada, quedó relegada al tercer lugar, dejando a los opositores Nasry Asfura y Salvador Nasralla en la contienda directa por la presidencia de Honduras.
El pulso por la presidencia y el suspenso electoral
Tras una jornada marcada por la tranquilidad, el clima de suspenso dominó la noche del domingo debido a las demoras de las autoridades electorales para divulgar los primeros resultados. Con la candidata oficialista, Moncada (delfín de la presidenta Xiomara Castro), fuera de la pelea por la ventaja inicial, la disputa se centró entre los opositores derechistas Asfura y Nasralla.
Dado que la ley electoral hondureña no contempla una segunda vuelta, uno de los dos contendientes necesita obtener una mayoría simple para ser declarado ganador. Este escenario contrasta con la tensión vivida durante las semanas previas, alimentada por las denuncias anticipadas de fraude y, notablemente, por la intervención del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El factor Trump: intervención y la promesa de indulto
El presidente estadounidense, Donald Trump, irrumpió en el proceso electoral el viernes antes de la votación, instando públicamente a los hondureños a votar por Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional (PNH).
En redes sociales, Trump afirmó que “Tito y yo podemos trabajar juntos para combatir a los narcocomunistas y brindar la ayuda necesaria al pueblo hondureño”. El mandatario consideró que Rixi Moncada es “cercana al comunismo” y desestimó a Salvador Nasralla, opinando que “no es un aliado confiable para la libertad”.
Indignación por el respaldo de Estados Unidos
La acción de Trump fue interpretada por analistas como un retroceso a viejas dinámicas regionales. Josué Murillo, director para Honduras de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), señaló a CNN que el evento fue “como si retrocediéramos al concepto de república bananera, nos trató de manera indigna”.
- Rixi Moncada acusó directamente a Trump de intervencionismo.
- Salvador Nasralla, quien tenía expectativas de recibir el respaldo de Washington, lamentó la “desinformación malintencionada” de sus rivales políticos.
- Los partidos políticos han tratado de capitalizar o mitigar el impacto del mensaje.
La sombra de Juan Orlando Hernández
El festejo del Partido Nacional por el apoyo de Trump a Asfura se vio opacado horas después por otra publicación del presidente estadounidense. Trump anunció que planea conceder un “indulto total y completo” al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (JOH).
El recuerdo de Hernández es altamente divisivo en la política hondureña, ya que gobernó de 2014 a 2022 y fue un cercano aliado de Washington, a pesar de haber obtenido una reelección que violentó la Constitución. Tras dejar el poder, fue extraditado y condenado por un tribunal de Nueva York a 45 años de prisión por narcotráfico.
El anuncio del indulto fue “algo agridulce para el Partido Nacional”, según el investigador social Leonardo Pineda:
- El mensaje sobre JOH “causó muchísima indignación” en la población.
- Murillo cuestionó: “La gran pregunta que genera en la población es cómo es que están luchando contra el narcotráfico y van a dejar ir a una persona que dañó tanto la relación con EE.UU.”.
- Pineda destacó que el anuncio avivó el sentimiento negativo, resucitando la consigna popularizada en 2021: el voto “fuera JOH”.
El «voto castigo» contra Xiomara Castro
La presidenta Xiomara Castro y su esposo, el exmandatario Manuel Zelaya, hicieron campaña activamente por la candidata de Libertad y Refundación (LIBRE), pero el oficialismo sufrió un marcado “voto castigo”. Esto se debe a una gestión que no logró cumplir las expectativas de millones de votantes y se vio empañada por diversos escándalos de corrupción.
Las causas profundas del desencanto
Analistas identificaron varias razones que contribuyeron a la caída del oficialismo:
- Desencanto: «Hay un desencanto con toda la promesa que hizo LIBRE», dijo Madrid. El gobierno no se planteó como de transición, y la reconstrucción no es posible en cuatro años.
- Fallos de la campaña: Pineda aseguró que la campaña oficialista “no logró impactar en los indecisos ni en los independientes”.
- Insatisfacción ciudadana: Murillo apuntó que la “insatisfacción ciudadana” terminó siendo clave, a pesar de una mejora moderada de varios indicadores económicos y sociales. La “falta de cumplimiento de promesas, el nepotismo y la corrupción terminaron definiendo”.
La política exterior como elemento de desgaste
Josué Murillo también sostuvo que la política exterior del Gobierno fue un punto débil en la campaña. La administración no ha querido ocultar la relación que mantienen con países como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Además, la relación con China fue mencionada como un factor que pone a Honduras en una situación política “algo delicada”, refiriéndose a la disputa regional de influencias entre Beijing y Washington.
El dilema de la participación y el conteo
La participación electoral fue objeto de debate. Leonardo Pineda, quien fungió como observador electoral en San Pedro Sula, consideró que las intervenciones de la Casa Blanca pudieron haber motivado una mayor afluencia a las urnas. «El toque que puso el presidente Trump motivó de alguna manera y puede haber cambiado las tendencias. Creo que mucha gente se decidió a votar tras el mensaje”, comentó Pineda.
Los reportes iniciales del Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre la participación mostraban cifras relativamente bajas. Sin embargo, analistas explicaron que había un subregistro debido a que la cifra no incluye a los electores que no pasaron por el registro biométrico, un sistema que a menudo presenta fallas de lectura o conectividad, y que se usa para evitar la duplicidad del voto. Las autoridades del CNE dijeron que esperan superar el 60 % de participación, mientras que en 2021 esta fue del 68,6 % del padrón.
El jefe de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), Francisco Assis, declaró a la prensa: “Estoy observando una fiesta cívica y democrática. Es muy bueno observar a la gente votando en libertad total, con voluntad de participar”.
La tensión poselectoral y el llamado a la responsabilidad
Pese a que Honduras llegó a la votación con múltiples denuncias previas de fraude desde todo el arco político, la jornada transcurrió sin problemas mayores. La tensión resurgió tras el cierre, cuando el CNE pospuso por más de una hora la conferencia convocada para el primer boletín.
Zoila Madrid, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, consideró que no existían fundamentos suficientes para el clima de violencia e incertidumbre generado por los liderazgos en las últimas semanas. Ella señaló que si bien existían «algunas violencias de carácter político», estas no justificaban la controversia en un país signado por la violencia, altas tasas de homicidios y femicidios.
Madrid subrayó que, mientras avanza el escrutinio, los candidatos “tienen que ser muy responsables” con sus mensajes y deben “aceptar ser ganadores o perdedores con dignidad”.
Las reacciones de los candidatos fueron variadas:
- Rixi Moncada: Inicialmente dijo en X: “Estamos ganando las elecciones”. Posteriormente, ante las demoras del CNE, solicitó a sus partidarios “mantenernos en pie de lucha hasta obtener los resultados finales con el 100% de las actas”. Anunció que informaría su posición política el lunes siguiente en conferencia de prensa.
- Salvador Nasralla: Llamó a sus partidarios a cuidar los votos y a no retirarse de los centros de sufragio.
- Nasry Asfura: Manifestó su responsabilidad: “En ningún momento voy a salir diciendo incoherencias o darme por ganador. (…) Sabemos los números, pero seremos responsables”, aunque luego reclamó prisa a las autoridades electorales.
Existe la posibilidad, según Pineda, de que el oficialismo no reconozca un desenlace adverso. Legalmente, el CNE tiene hasta 30 días para realizar una declaratoria oficial de resultados.
El lento escrutinio del CNE ha exacerbado la polarización. Con el oficialismo herido y los dos líderes opositores de derecha disputando el poder, Honduras se enfrenta a un periodo de incertidumbre. La gran pregunta que persiste en el ambiente político y mediático es si, tras la contundente intervención externa y el castigo ciudadano a los errores internos, los nuevos liderazgos tendrán la contundencia necesaria para garantizar la estabilidad institucional en un país signado por la violencia y el fantasma de Juan Orlando Hernández.










