
¿Se acuerdan de Raúl Bermúdez Arreola, mejor conocido como Lord Fonatur y/o el Vizconde de la Zona Hotelera?
Este personaje, originario de Tabasco,y que fue delegado de Fonatur y responsable del Tramo 5 del Tren Maya, también es sobrino de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco y señalado como jefe de “La Barredora”, el grupo criminal que ahora opera en Quintana Roo.
Su hermano, Gerardo Bermúdez Arreola, como parte de este proceso contra el tío de ambos sobrino de Hernán Bermúdez Requena fue puesto en prisión domiciliaria en Paraguay, tras ser detenido por su presunta implicación en una red de apuestas ilegales y lavado de dinero.
Durante la pandemia, Bermúdez Arreola se volvió viral tras insultar a un guardia de seguridad que le pidió cumplir con las reglas sanitarias. Lo llamó “muerto de hambre”, “naco” y “asalariado”. Así se terminó de consolidar su imagen: el clásico funcionario prepotente y clasista, con ínfulas de virrey.
Pero lo que lo sacó del cargo fue algo más turbio: rentaba la Casa Presidencial —Villas Chakté— por Airbnb y Booking, sin autorización, a más de 10 mil pesos la noche.
En cuestión de semanas, desmitificó lo de los valores, los principios y el famoso “no mentir, no robar, no traicionar”.
Renunció en 2021. El tabasqueño se fue por la puerta de atrás.
Meses después, en mayo de 2022, Lord Fonatur” protagonizó un nuevo episodio de violencia, esta vez en contra de su pareja sentimental, a quien golpeó brutalmente en plena vía pública días después de Semana Santa, sobre la avenida Ruiz Cortines de Villahermosa, Tabasco, una de las más transitadas de la capital tabasqueña. El episodio fue grabado. La víctima, Lauren Economy, de nacionalidad estadounidense, denunció que en Tabasco le negaron apoyo y se negaron a tomarle declaración, por lo que acudió al consulado de su país en Mérida. Desde entonces, radica en Los Ángeles, California, donde recibió respaldo del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Luego vino lo peor: reportes de MCCI y documentos castrenses lo vinculan con una red de huachicoleo de diésel robado para el Tren Maya, operada junto a su tío. Se habla de hasta 180 mil litros semanales, movidos a través de terrenos estratégicos entre Cancún y Tulum.
¡Qué bonita familia!