Conforme se aproxima el “plazo” de las definiciones, el Partido Verde vuelve a dejar claro que Quintana Roo sigue siendo uno de sus baluartes en el mapa político nacional.
En semanas recientes, los del tucán demostraron quién es quién en el Caribe mexicano, al continuar obteniendo cargos clave en el organigrama del poder, curiosamente en áreas como seguridad, procuración e impartición de justicia.
Muchos aseguran que Morena y el PVEM viven los últimos días de su matrimonio por conveniencia… pero en el estado azul turquesa y el verde esmeralda, los hechos parecen confirmar lo contrario: el PVEM sigue vigentes y va por más, pese a quien le pese.
La semana pasada, el fiscal Raciel López Salazar, apadrinado por el Verde, amarró un tercer mando municipal, al insertar a uno de los suyos en Playa del Carmen, luego de haber hecho lo propio en Tulum y Cancún.
Semanas antes, se confirmó el nombramiento de José de la Peña, uno de los decanos del PVEM-QR, como magistrado del Tribunal Superior de Justicia, a pesar de no cumplir con el requisito de cinco años de ejercicio profesional como litigante.
No hay que olvidar que los amarres del PVEM con Morena iniciaron en 2018 en la Ciudad de México, con la transferencia de diputados verdes a las filas guindas, práctica que se repitió en 2024.
La unión entre Morena y el Verde es en la CDMX, pero es en Quintana Roo donde los acuerdos de alto nivel se materializan.
Por lo pronto, los verdes siguen cortando el pastel del poder en el Caribe. O al menos, se están quedando con rebanadas muy generosas.