El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha confirmado la validez de la elección de las magistraturas del Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), un fallo que reaviva el debate sobre los estándares probatorios en la justicia electoral y la sombra de presuntas irregularidades. La decisión se tomó a pesar de una petición de nulidad que denunciaba un posible impacto por el presunto reparto de «acordeones» y financiamiento paralelo, elevando el cuestionamiento sobre la viabilidad de demostrar ciertas faltas.
La validación del TEPJF: Un fallo dividido y sus protagonistas
En una reciente sesión de la Sala Superior, el proyecto del magistrado electoral Felipe de la Mata Pizaña fue aprobado con una votación dividida de tres votos contra dos. Dicho proyecto determinó como infundada la petición de nulidad que, una vez más, planteaba un impacto por el presunto reparto de «acordeones» en la elección.
Las magistraturas confirmadas para integrar el Tribunal de Disciplina Judicial son Celia Maya García y Bernardo Bátiz Vázquez, entre otros profesionales del derecho, cuya designación ha sido ratificada por esta instancia judicial.
Las denuncias que rodearon la polémica elección del TDJ
El recurso de nulidad presentado detalló una serie de graves acusaciones que buscaban invalidar el proceso. Entre ellas, se denunció:
- La supuesta publicidad pagada en redes sociales, que se constituiría como un financiamiento paralelo.
- La presunta participación de funcionarios, los denominados «servidores de la nación», y miembros del partido Morena.
- Una distribución masiva, sistemática y territorializada de elementos de propaganda.
- El uso indebido de recursos públicos para influir en el proceso electoral.
Sin embargo, el magistrado De la Mata expuso que la queja estuvo acompañada de «pruebas privadas y técnicas sin valor probatorio pleno», lo que anticipaba una evaluación estricta de su suficiencia.
La controversia sobre la valoración de las pruebas
Para respaldar las acusaciones, los quejosos presentaron una diversidad de elementos probatorios, que incluyeron:
- 87 «acordeones» en formato físico.
- 225 «acordeones» presentados en forma de fotografía o capturas de pantalla.
- Tres videos de TikTok.
- 17 publicaciones de Facebook.
- 16 publicaciones de la plataforma X, en las que se observaban fotografías de los «acordeones».
- Diversas notas periodísticas.
A pesar de la cantidad de material, el magistrado De la Mata concluyó que: «Más allá del número de pruebas aportadas, lo cierto es que por su naturaleza y contenido no permiten acreditar los extremos que podrían llevar a la nulidad”. La magistrada presidenta del TEPJF, Mónica Soto, secundó esta postura al insistir que “no hay una sola prueba que haga constatar que los acordeones que están en el expediente hayan sido utilizados o hayan influido en la votación”.
El estándar probatorio en cuestión: «Pruebas imposibles o diabólicas»
La decisión generó un enérgico debate, destacando la voz disidente del magistrado Reyes Rodríguez Mondragón. Cabe recordar que Rodríguez Mondragón propuso la semana pasada anular la elección de ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ante una queja similar por el uso de «acordeones».
Hoy, el magistrado cuestionó vehementemente que el proyecto aprobado exigiera probar que los «acordeones» fueron distribuidos en cada una de las casillas y que, además, fueron usados por los votantes. Sus interrogantes resonaron con fuerza en la sesión: “¿Cómo se puede probar esa hipótesis? ¿Las candidaturas tenían que preguntarles a todos los votantes cómo votaron?, ¿no es esto contrario a la secrecía del voto y, en todo caso, constituiría una prueba ilegal?”.
Rodríguez Mondragón calificó el estándar probatorio demandado como «alarmante» y consideró que “lo que se exige a las partes es la producción de evidencia, que en la doctrina se conoce como pruebas imposibles o diabólicas”. Esta declaración subraya una preocupación profunda sobre la accesibilidad a la justicia en casos de presuntas irregularidades, donde la carga de la prueba podría ser insuperable.
El Tribunal de Disciplina Judicial: Un nuevo actor clave en la reforma del Poder Judicial
La confirmación de las magistraturas del TDJ es de vital importancia, pues este órgano es uno de los nuevos pilares creados con la reforma al Poder Judicial de la Federación. Se trata de la instancia que asumirá las funciones que antes correspondían al Consejo de la Judicatura Federal (CJF) en materia disciplinaria.
Su misión principal será investigar y, en su caso, sancionar a aquellos juzgadores federales que, en el ejercicio de sus funciones, hayan incurrido en negligencia o faltas graves. Por ello, la legitimidad de su conformación y la solidez de los procesos que lo rigen son fundamentales para la credibilidad y el futuro de la reforma judicial en el país.
La resolución del TEPJF sobre la nulidad de la elección del Tribunal de Disciplina Judicial sienta un precedente crucial sobre la interpretación de las pruebas y la carga de la argumentación en el ámbito electoral. ¿Podrá la justicia electoral adaptarse a las nuevas formas de influencia política sin exigir «pruebas imposibles», o la secrecía del voto seguirá siendo un escudo infranqueable para la verdad? El debate permanece abierto en el círculo rojo y la opinión pública.