El poderoso terremoto Japón de magnitud 7.6 ha sacudido la costa norte, dejando al menos 30 heridos y reviviendo el fantasma del desastre de 2011. Mientras las olas de tsunami alcanzaron los 70 centímetros, la respuesta del gobierno se centra en la evacuación y el monitoreo de las centrales nucleares.
El impacto inicial del terremoto Japón de magnitud 7.6
El martes 08 de diciembre de 2025, la costa norte de Japón fue golpeada por un potente terremoto de magnitud 7.6. El sismo se registró a las 23:15 hora local (14H15 GMT) frente a Misawa, con una profundidad de 53 kilómetros.
Las consecuencias inmediatas incluyeron:
- Al menos 30 personas reportadas como heridas.
- Una persona sufrió lesiones graves en la isla norteña de Hokkaido.
- Olas de tsunami de hasta 70 centímetros en la costa.
La primera ministra, Sanae Takaichi, confirmó el número de heridos e hizo un llamado urgente a la población para que adoptara medidas de protección ante la posibilidad de nuevas réplicas.
Tsunami, evacuación y monitoreo de la JMA
La Agencia Meteorológica Japonesa (JMA) informó que el movimiento telúrico elevó las posibilidades de sismos fuertes adicionales en los días subsecuentes. Inicialmente, la JMA emitió una alerta de tsunami, que fue levantada horas más tarde.
Pese al levantamiento de la alerta, varias olas llegaron a las costas, alcanzando un máximo de 70 centímetros. Previamente, la agencia meteorológica había advertido que se esperaba un tsunami de hasta tres metros en la costa pacífica de Japón.
La Agencia de Gestión de Incendios y Desastres, ante la situación de riesgo, recomendó la evacuación de 28 mil personas.
Testimonios y respuesta en los centros urbanos
El terremoto también se sintió en varios puntos, incluyendo el centro urbano de Sapporo, donde las alarmas sonaron en los celulares para alertar a los residentes.
En la ciudad de Hachinohe, ubicada en Aomori, las imágenes en directo mostraron fragmentos de vidrio roto esparcidos por las carreteras. Residentes de Hachinohe huyeron de sus hogares para buscar refugio en el ayuntamiento, según reportó la emisora pública NHK. NHK también citó a un empleado de un hotel en Hachinohe quien afirmó que hubo algunos heridos.
Un reportero de NHK que se encontraba en Hokkaido describió haber experimentado un temblor horizontal que duró cerca de 30 segundos, impidiéndole mantenerse en pie.
La preocupación nuclear y el fantasma de Fukushima
Una de las principales preocupaciones tras el sismo fue el estado de las centrales nucleares del norte del país. El portavoz del gobierno, Minoru Kihara, instó a los residentes a permanecer en lugares seguros hasta que la alerta fuera levantada.
Respecto a la infraestructura nuclear, Kihara afirmó no haber recibido ningún informe de «anomalías» en las dos centrales nucleares ubicadas en el norte de Japón. No obstante, añadió que se estaban llevando a cabo investigaciones exhaustivas en otras instalaciones nucleares.
Poco después del terremoto, la empresa Tohoku Electric Power utilizó una publicación en X para confirmar que los sistemas de seguridad:
- De su central nuclear de Higashidori, en Aomori,
- Y de su central nuclear de Onagawa, en la región de Miyagi,
No habían mostrado ninguna anomalía operativa. Este monitoreo es crucial, dada la memoria del desastre de 2011, cuando un terremoto de magnitud 9.0 generó un tsunami que resultó en la devastadora fusión de la central nuclear de Fukushima, dejando 18 mil 500 personas muertas o desaparecidas.
Japón: en el corazón del cinturón de fuego
Japón se sitúa estratégicamente en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona caracterizada por una intensa actividad sísmica. El archipiélago, hogar de alrededor de 125 millones de personas, experimenta aproximadamente mil 500 sacudidas cada año.
Aunque la gran mayoría de estos sismos son leves, los daños generados dependen directamente de su ubicación y la profundidad bajo la superficie terrestre.
La predicción de sismos es notoriamente difícil. Sin embargo, en enero un panel gubernamental incrementó ligeramente la probabilidad de que se produzca un temblor significativo en la fosa de Nankai, frente a las costas de Japón, situando el riesgo en un rango de 75 por ciento a 82 por ciento durante los próximos 30 años.
El reciente terremoto Japón de 7.6 no solo ha puesto a prueba la resiliencia de su infraestructura ante los tsunamis, sino que también ha recordado a la nación el riesgo sísmico constante que enfrenta y la necesidad imperiosa de mantener la vigilancia sobre cada una de sus instalaciones vitales, incluyendo la red nuclear. ¿Está realmente preparado el país para el siguiente gran evento predicho en la fosa de Nankai?







