Redacción
CANCÚN.- A partir de este jueves, el sargazo será reconocido como un recurso pesquero en México, con el objetivo de promover su aprovechamiento industrial y mitigar los impactos ambientales, turísticos y económicos que genera su masiva llegada a las costas del Caribe mexicano.
La medida fue formalizada mediante la actualización de la Carta Nacional Pesquera, publicada por la Secretaría de Agricultura en el Diario Oficial de la Federación. Esta nueva clasificación abre la puerta al uso del sargazo como materia prima para diversas industrias, entre ellas la alimentaria, agrícola, energética y textil.
Entre los posibles usos destacan su aplicación como complemento alimenticio para animales, fertilizante orgánico, biocombustible, bioplástico, purificador de agua, así como fibra y tinte textil, incluso para la fabricación de biomateriales como ladrillos.
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El nuevo marco regulatorio permitirá también su recolección en altamar, antes de que el alga llegue a las playas, lo que representa un cambio estratégico en su manejo. Esta operación estará a cargo de embarcaciones especializadas, como el Buque Sargacero Oceánico ARM Natans BSO-101, diseñado por la Secretaría de Marina, con capacidad para recolectar hasta 250 toneladas de sargazo y operar en mar abierto durante cinco días.
Las autoridades estiman una recolección anual de hasta 945 mil toneladas de sargazo seco, lo que podría convertirlo en una fuente alternativa de ingresos y desarrollo industrial sostenible.
No obstante, el documento enfatiza la importancia de contar con investigación científica e innovación tecnológica para desarrollar métodos de pesca que eviten la captura incidental de especies marinas que habitan estos oasis flotantes.
Y es que, en mar abierto, el sargazo forma ecosistemas únicos que sirven de refugio y alimento para especies comerciales como el dorado, atún y jurel. Además, cumple funciones ecológicas clave, como la fijación de carbono, la bioabsorción de metales pesados y, en cantidades moderadas, previene la erosión costera y nutre los ecosistemas dunares.
En esta actualización participaron también el Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Todos coincidieron en que el monitoreo constante de la biomasa y de las condiciones oceánicas será fundamental para anticipar su arribo y asegurar un aprovechamiento responsable.