Se espera que la Unión Europea (UE) suavice su emblemática prohibición de 2035 sobre la venta de nuevos vehículos con motor de combustión. Este posible retroceso llega tras intensas presiones de países clave como Alemania e Italia, y de poderosos grupos de la industria automotriz que demandan flexibilidad ante la incertidumbre del mercado y la intensa competencia.
Contexto y presiones sobre la política climática de la Unión Europea
La política de la UE que busca erradicar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de automóviles y camionetas para el año 2035, adoptada en 2023, fue considerada una medida histórica dentro del Pacto Verde del bloque. Su objetivo era erradicar las emisiones de CO2 de automóviles y furgonetas para esa fecha.
Sin embargo, tras el cabildeo de Alemania, Italia y varios grupos de la industria automotriz, la política ha sido empujada de nuevo al centro del debate.
Diversos medios de comunicación han informado sobre el propuesto ablandamiento de la política en días recientes. Manfred Weber, un Miembro del Parlamento Europeo (MEP) de alto rango, confirmó al periódico alemán Bild la semana pasada que la prohibición sería debilitada.
El escalamiento de la política podría dar mayor flexibilidad a los fabricantes de equipos originales de la región, quienes ya están lidiando con varios desafíos simultáneos:
- Aranceles de Estados Unidos.
- Disrupciones en la cadena de suministro.
- Intensa competencia de China.
- Una transición accidentada hacia los vehículos eléctricos (EVs).
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, declinó hacer comentarios a CNBC sobre la decisión esperada para este martes. Cabe recordar que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, había pronunciado un discurso sobre el nuevo Marco Financiero Plurianual 2028-2034 en el Parlamento Europeo en Bruselas el 12 de noviembre de 2025.
La industria automotriz exige un alto nivel de flexibilidad
La política de prohibición ha sido reconsiderada en los últimos meses debido a que algunos grupos de la industria automotriz han solicitado una recalibración para reforzar la competitividad industrial de Europa y la resiliencia estratégica de sus cadenas de suministro, salvaguardando, al mismo tiempo, los objetivos climáticos.
Sigrid de Vries, directora general de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), un grupo de cabildeo de la industria, enfatizó la urgencia del cambio. ACEA representa a 16 importantes fabricantes de automóviles con sede en Europa, incluyendo nombres como Volkswagen, BMW, Ferrari y Renault.
La postura de la ACEA sobre el veto de 2035
De Vries manifestó en una publicación de LinkedIn el lunes, describiendo el anuncio esperado de la UE como «la hora decisiva para el paquete automotriz»:
- «La flexibilidad es urgente».
- «2030 está a la vuelta de la esquina, y la demanda del mercado es demasiado baja para evitar el riesgo de penalizaciones multimillonarias para los fabricantes».
- Agregó que se requiere tiempo para construir la infraestructura de carga necesaria e introducir incentivos fiscales y de compra para encarrilar el mercado.
Advertencias sobre el impacto a largo plazo
Mientras se vislumbra el alivio para los fabricantes de motores de combustión, analistas han cuestionado si esta medida hará mucho para apuntalar la competitividad de la región a largo plazo. Los activistas, por su parte, han criticado otro posible retroceso en las ambiciones climáticas del bloque.
Rico Luman, economista senior del sector de transporte y logística en el banco holandés ING, describió la esperada marcha atrás en la prohibición de motores de combustión interna de la UE de 2035 como «una elección a corto plazo» durante un período desafiante para la industria.
Los riesgos de posponer los objetivos:
Luman explicó por correo electrónico a CNBC que «solo posponer los objetivos también sería una estrategia arriesgada, en mi opinión». Advirtió que la medida «no ayudará a la industria europea a largo plazo, ni salvará puestos de trabajo», pues el cambio ya está en curso. Subrayó que una supuesta ventaja competitiva de los fabricantes alemanes (y europeos) en motores de combustión sería efímera, y sería más difícil mantenerse al día con los competidores chinos si la industria reduce su ritmo de transición.
El frente pro-vehículo eléctrico pide firmeza
A pesar del cabildeo exitoso de algunos sectores, otros fabricantes de vehículos que apuestan por los vehículos eléctricos han presionado para que la UE «se mantenga firme» en su objetivo de 2035 y «lo respalde con acciones más audaces».
En una carta abierta publicada a mediados de septiembre, más de 150 líderes de la industria regional de coches eléctricos señalaron que la introducción de la meta ya había desencadenado cientos de miles de millones de euros en nuevas inversiones. Entre los firmantes de la carta abierta se encontraban fabricantes de vehículos eléctricos como Volvo y Polestar, así como proveedores de materiales, fabricantes de baterías y operadores de redes.
El esperado retroceso de la UE subraya el difícil equilibrio entre la protección de la base industrial histórica y la ambición climática, una decisión que, según la URL de Bloomberg, se interpreta como una victoria para los fabricantes de automóviles, pero que podría comprometer la posición de Europa frente a sus competidores globales en el sector de la movilidad futura.







