El pez Diablo invade Bacalar: riesgo ambiental y turístico

Redacción

BACALAR.- La amenaza que por años se temía en Quintana Roo ya es una realidad: el pez Diablo (Plecostomus), especie invasora proveniente del Amazonas, fue detectado en la Laguna de Bacalar, uno de los ecosistemas de agua dulce más valiosos del país.

La primera alerta surgió en enero, cuando prestadores de servicios turísticos hallaron ejemplares en uno de los cenotes conectados a la laguna. Meses después, investigadores del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) confirmaron su presencia al capturar dos individuos en el cenote “Negro”, conocido también como La Bruja.

“Desafortunadamente comprobamos la presencia del pez Diablo en Bacalar, lo que representa una seria amenaza para el ecosistema”, explicó el doctor Manuel Elías, investigador de ECOSUR.

Una especie invasora “perfecta”

El plecos es considerado por biólogos como la especie invasora ideal: se adapta a cualquier ambiente, se reproduce con rapidez, carece de depredadores naturales en México y puede sobrevivir hasta tres días fuera del agua gracias a su resistente caparazón.

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Además, devora los huevecillos de peces nativos, desplaza a otras especies y cava túneles en el fondo de lagos y ríos para anidar, lo que genera graves alteraciones en los ecosistemas.

La CONABIO recordó que esta especie llegó a México a través de la industria de acuarios, que comercializa más de 60 millones de peces al año. Su popularidad como “limpia peceras” terminó convirtiéndose en un problema, pues al crecer pueden alcanzar hasta 80 centímetros, y muchos dueños los liberan en cuerpos de agua.

“Se trata del llamado efecto Nemo: la creencia equivocada de que soltar a los peces es hacerlos felices en libertad, cuando en realidad provoca graves daños ambientales”, explicó la maestra Yolanda Barrios, especialista de CONABIO.

La llegada del pez Diablo a Bacalar no es solo un peligro para la biodiversidad local y la economía turística, sino también para los estromatolitos, formaciones rocosas vivas que han existido millones de años y fueron esenciales en la producción del oxígeno de la Tierra.

“El hábito del plecos de excavar y succionar el fondo de la laguna puede degradar los estromatolitos, que funcionan como arrecifes de agua dulce al brindar refugio y alimento a diversas especies”, advirtió el doctor Elías.

Plan de acción y llamado a la población

Ante el riesgo, el Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo (IBANQROO) formó un grupo de trabajo con autoridades de los tres niveles de gobierno, científicos, organizaciones civiles y prestadores de servicios turísticos para diseñar estrategias de detección, control y educación ambiental.

Se exhorta a la población y a los turistas a reportar avistamientos del pez Diablo a los teléfonos:

📞 98 31 55 58 98

📞 98 31 06 95 65

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