El debate sobre la esencia de la nación se agudiza. Mientras el Partido Acción Nacional (PAN) redefine sus ejes, la convocatoria a restaurar el ancien régime y la supuesta mentalidad decimonónica de sus líderes, como don Diego Fernández de Cevallos y don Santiago Creel Miranda, generan una fuerte reacción entre la ciudadanía y el círculo rojo.
La insólita reacción de los lectores y el periodismo
La cobertura política reciente ha desatado un fuerte cruce de opiniones. Lectores de una columneta previa confrontaron directamente al autor, tras la pregunta «¿la columneta y TV Azteca son hijos de la misma Patria? ¿Y ustedes?».
Quienes respondieron coincidieron en que la formulación era tramposa, y algunos lo hicieron airadamente: «nos ofende que nos equipare con la televisora, ¿qué acaso somos perversos o estúpidos?». Esta reacción, que fue celebrada por el columnista, demostró el sentimiento de distancia entre el público y ciertos medios.
No obstante, las críticas no cesaron, llegando a incluir ataques directos:
- Algunos «bots» se atrevieron a señalar que el columnista recibe honorarios de alguna oficina del gobierno o jugosos estipendios de afuera.
- El autor defendió que sus opiniones son de su exclusiva responsabilidad y, además, gratuitas.
El dilema de la patria en el nuevo Acción Nacional
El PAN, definido como el «nuevo y antiquísimo partido blanquiazul», propone un proyecto de cometidos a los ciudadanos en el que uno de los tres ejes centrales que sustentan su acción política es la patria. Sin embargo, la dirigencia de Acción Nacional no agrega ningún otro concepto que permita conocer qué entienden realmente por ella.
Según los diccionarios, la patria se centra en dos definiciones clave:
- Lugar de nacimiento.
- Lugar de voluntaria adopción.
Para los panistas, si se apegan a la definición básica, su idea de patria podría concretarse a una extensión territorial de 1 millón 964 mil 375 kilómetros cuadrados que contenga a las personas nacidas en ese espacio y a los que allí quieran ser adoptados.
¿Una patria terrenal o celestial?
El análisis periodístico, tomando en cuenta la supuesta «mentalidad decimonónica» de los líderes panistas, sugiere que tal vez no se refieren a la tierra que veneramos, sino a la Patria Celestial, aunque advierte: «¡cuidado!, qué tal que allí todos seremos iguales».
El desprecio por la sangre plebeya y la nobleza azul
El concepto de patria se liga inevitablemente al de la identidad, que a su vez se ha vinculado históricamente al linaje. El texto original señala que a los «panistas aristócratas», como don Diego Fernández de Cevallos o don Santiago Creel Miranda (cuya imagen acompañaba la nota original del 08 de diciembre de 2025, fotografía de Luis Castillo Ortiz Tejeda), «el color rojo de la sangre de la chusma no les agrada».
La creencia de que la nobleza tenía la sangre azul proviene de tiempos antiguos. Cornelio Tácito (siglo XI) se refería a los emperadores con la expresión “caeleste sanguine ortam”: nacido de sangre celestial. Serán estos los ciudadanos a los que el presidente del nuevo PAN convocó para conquistar, en 2030, la restauración del ancien régime.
No obstante, el artículo hace una distinción biológica y poética:
- Cuando se dice «tiene sangre mexicana» no se hace referencia a una creencia cientificista, ya que los eritrocitos y los leucocitos no tienen una gama de colores según el territorio o la clase social.
- El poeta Felipe Pinglo Alva ya lo postuló en una inolvidable canción: «mi sangre, aunque plebeya, también tiñe de rojo…».
- La única diferencia en la sangre es la oxigenación: roja brillante en arterias y más oscura cuando está desoxigenada.
El deterioro moral e intelectual de los «jerarcas»
Es innegable que la contextura intelectual y moral de los cuadros directivos del PAN ha venido experimentando un deterioro, según el análisis. Esta crisis contrasta profundamente con la misión original de la organización.
En 1939, los padres fundadores de esa organización proclamaron el motivo de su lucha en un lema: “Por una Patria Ordenada y Generosa”. Posteriormente, agregaron: “Y Una Vida Mejor y Más Digna Para Todos”.
El contraste es evidente. El cociente intelectual de los nuevos «jerarcos» sigue el camino descendente que han tomado sus votos, mientras que, en el panorama político general, se registraban eventos masivos como el Zócalo rebosante a favor de Claudia Sheinbaum.
El intento de la dirigencia panista de convocar a la restauración de un ancien régime choca con la realidad de una militancia y una ciudadanía que reprueban la equiparación con poderes mediáticos y que exigen definiciones claras de la patria, no visiones decimonónicas.











