La supuesta movilización de 4.5 millones de milicianos, anunciada por el régimen de Nicolás Maduro, ha sido contundentemente desacreditada por un experto. Esta cifra, que genera interrogantes, emerge en medio de una intensa ofensiva militar estadounidense en el Caribe, redefiniendo las tensiones regionales.
La realidad detrás de los 4.5 millones de milicianos de Venezuela
La advertencia del régimen venezolano sobre una supuesta movilización de 4.5 millones de milicianos fue desvirtuada por el analista Andrei Serbin. En sus declaraciones, Serbin afirmó que Venezuela no posee armamento suficiente para sostener la cifra anunciada por Nicolás Maduro. Esta aseveración se da en un contexto marcado por el avance militar de Estados Unidos en el mar Caribe.
El despliegue reciente de fuerzas militares estadounidenses reavivó las tensiones entre Washington y Caracas. El gobierno de Donald Trump ordenó el envío de medios militares a la región en un operativo dirigido a enfrentar el narcotráfico operado desde territorio venezolano. Esta actividad ilegal involucra al Cártel de los Soles, considerado una organización terrorista desde julio por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
En este contexto, el dictador venezolano Nicolás Maduro aseguró ante la prensa local y extranjera contar con la movilización de 4.5 millones de milicianos, listos para defender el país. La cifra fue cuestionada de inmediato por Serbin, director de la consultora CRIES.
Una estrategia discursiva, no una fuerza operativa
El experto fue enfático al señalar la inconsistencia de la cifra. «No hay armas para 4.5 millones de milicianos. Yo sigo el tema de armas hace mucho tiempo. No existen suficientes para esto», afirmó Serbin. Además, el politólogo explicó que la cantidad declarada coincide llamativamente con el número de empleados estatales en Venezuela. Esto sugiere que el anuncio forma parte de una estrategia discursiva y no es un reflejo de fuerzas efectivas operativas.
El especialista puso en duda la verdadera motivación del régimen venezolano al anunciar una fuerza popular tan elevada. Relacionó la cifra de milicianos con la estructura estatal y la narrativa interna. «Me parece que es más bien no tanto miliciano, sino yo voy a agarrar a cuanto encuentre en una dependencia estatal y lo voy a movilizar», señaló Serbin.
Operativo estadounidense: Estructura, objetivos y prioridades
El despliegue militar norteamericano incluyó la llegada de una unidad expedicionaria compuesta por aproximadamente 5.000 marines. También se sumaron portahelicópteros, considerados portaaviones en cualquier ejército fuera de Estados Unidos, aviones de combate y embarcaciones para operaciones anfibias y aerotransportadas. La presencia de tres buques clase Berg Flight 2A aumentó significativamente la capacidad operativa, con sistemas de lanzamiento de hasta 96 misiles de diferentes tipos.
Serbin resaltó la magnitud del operativo. «Desde el punto de vista militar, el despliegue es contundente», describió el especialista. Detalló también la suma de recursos en juego, incluidos aviones de patrullaje marítimo y de inteligencia electrónica.
Según la perspectiva del experto, el gobierno estadounidense busca aprovechar la presión sobre la estructura de poder venezolano. Un indicio clave de esto es el aumento en la recompensa por información que lleve a la captura de Maduro, cifra que pasó de 15 millones a 50 millones de dólares. El analista sostuvo: «Acá hay una combinación de lo que se puede dar como recompensa y lo que pueden ser las consecuencias. Esta es el garrote y la zanahoria en su más clara expresión».
Estabilidad regional: La prioridad de Washington
Para el analista, la respuesta militar estadounidense se inscribe dentro de las políticas de seguridad y migración de Washington. Las agencias federales priorizan el combate al narcotráfico y la contención de flujos migratorios por encima de la promoción activa de cambios de régimen. Las concesiones petroleras a empresas como Chevron, según el experto, ejemplifican cómo ambos gobiernos ajustan su narrativa conforme a su agenda diplomática. «Estados Unidos muchas veces prefiere estabilidad a cualquier tipo de cambio de régimen», dijo.
Serbin aclaró que el interés estadounidense en Venezuela pasa, en primer lugar, por las amenazas derivadas de la migración y el narcotráfico. Solo en segundo plano se ubican el escenario político venezolano y la influencia internacional de actores extrarregionales como China.
El especialista concluyó que el operativo militar en el Caribe responde más a una estrategia de presión y disuasión que a un inminente escenario de intervención directa. Las prioridades de Estados Unidos en la región, remarcó, son los flujos de drogas ilegales y el éxodo venezolano, ambos temas centrales en la agenda de seguridad estadounidense.
La disonancia entre las declaraciones del régimen de Maduro y la capacidad militar real de Venezuela, evidenciada por el análisis experto, revela la compleja telaraña de intereses y estrategias en juego. En un tablero geopolítico tenso, ¿qué otras verdades tácitas definen el pulso entre seguridad regional y retórica política?