
Redacción
TULUM.- Tulum, Quintana Roo, se ha convertido en uno de los destinos turísticos más codiciados en los últimos años. Sus playas paradisíacas, estilo de vida relajado y la posibilidad de hacer home office desde allá atrajeron a miles de inversionistas durante la pandemia. Sin embargo, detrás de la fiebre inmobiliaria en Tulum, se esconde una trama de fraude, millones de dólares desaparecidos e incluso dos muertes, revela una investigación de Bloomberg.
En plena pandemia, el desarrollador inmobiliario Akela Development Group lanzó una serie de proyectos bajo la marca Solemn en Tulum. Prometía condominios de lujo con albercas infinitas, gimnasios al aire libre y diseños vanguardistas que hacían soñar a los compradores.
La demanda era tan alta que muchas unidades se vendieron en la fase de preventa, con precios cercanos a los 200 mil dólares, unos 4 millones de pesos.
El problema es que la mayoría de estos proyectos nunca se concretó. Cuando los compradores llegaron a ver sus futuras propiedades, encontraron terrenos baldíos y construcciones inconclusas. Los inversionistas no solo perdieron su dinero, sino también cualquier posibilidad de recuperar su inversión.
El escándalo se agravó cuando se descubrió que uno de los socios de Akela Development Group apareció muerto en una playa. Otro de los fundadores, según informes, se suicidó y el tercero presuntamente huyó del país. Esto dejó a cientos de compradores sin respuestas y con escasas opciones legales para recuperar su dinero.
De acuerdo con abogados entrevistados por Bloomberg, hay más de 70 inmuebles vendidos en Tulum en preventa que nunca fueron entregados. En algunos casos, los compradores ni siquiera recibieron los títulos de propiedad, situación que los dejó en un limbo legal. Además, las demandas avanzan con extrema lentitud debido a la falta de digitalización en los tribunales de Quintana Roo.
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En los últimos 10 meses, los despachos legales de la región de Tulum han recibido al menos dos llamadas diarias de personas que adquirieron departamentos en preventa. La mayoría de las víctimas son extranjeros de clase media que invirtieron sus ahorros en residencias vacacionales relativamente accesibles cerca de la playa, atraídos por promesas de lujo y plusvalía.
Ese fue el caso de Erin Norris, una ciudadana estadounidense que en 2021 invirtió todos sus ahorros en un departamento en Tulum con Akela Development Group, por un costo aproximado de 191 mil dólares. La residente de Texas declaró a Bloomberg que hizo un pago inicial de 107 mil dólares, pero la construcción del inmueble nunca se realizó.
Poco después, se enteró del fallecimiento de uno de los fundadores de la desarrolladora y descubrió que la empresa no era legalmente propietaria del terreno donde se construiría el condominio. La situación dejó a Norris sin inversión, sin propiedad y con una disputa legal para intentar recuperar su dinero.
El crecimiento inmobiliario de Tulum comenzó como una alternativa más tranquila a Cancún, donde los resorts y la vida nocturna dominaban el escenario. Con la pandemia, el destino se volvió un imán para los nómadas digitales y turistas que buscaban escapar de las restricciones en sus países. En ese contexto, inversionistas nacionales y extranjeros vieron una oportunidad en la preventa de condominios
Muchos desarrolladores venden terrenos que no les pertenecen o que tienen problemas legales.
Esto fue precisamente lo que ocurrió con el proyecto Solemn Skyview, donde una mujer descubrió que el terreno que compró en la década de los 2000 había sido tomado por el desarrollador sin su consentimiento.
El tema es tan grave que incluso la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue cuestionada al respecto el pasado 3 de diciembre de 2024. En respuesta, prometió que su gobierno investigaría los casos de desarrollos inmobiliarios ilegales en el estado.