Chile dio el mayor giro a la derecha Chile desde el retorno de la democracia hace 35 años con la contundente victoria de José Antonio Kast. El presidente electo, quien asumirá el 11 de marzo de 2026, adelantó una agenda profunda para enfrentar lo que considera problemas de «emergencia» en el país, prometiendo trabajo, orden, carácter, decisión y convicción.
Un mandato fuerte y claro en el balotaje histórico
El ultraderechista José Antonio Kast se alzó como presidente electo de Chile al lograr una amplia victoria sobre la comunista Jeannette Jara. El abogado de 59 años ganó la segunda vuelta con el 58% de los votos, frente al 41% que obtuvo su rival de izquierda, quien reconoció el mandato «fuerte y claro» de las urnas.
El triunfo de Kast fue contundente y marcó un hito en la historia política reciente del país:
- El presidente electo obtuvo un récord de más de siete millones de apoyos, convirtiéndose en el mandatario más votado en la historia de Chile.
- Jeannette Jara, exministra del Trabajo del actual gobierno de Gabriel Boric, era la representante de una alianza que agrupaba a todos los sectores de la izquierda y la centroizquierda chilena.
- Kast logró capitalizar las transferencias de votos de los candidatos de derecha derrotados en la primera vuelta, incluyendo a figuras como el libertario Johannes Kaiser y Evelyn Matthei. También se atribuye el apoyo de gran parte de los votos del economista antisistema Franco Parisi.
El presidente electo celebró su victoria ese domingo ante miles de seguidores en Santiago, señalando que el país «nos ha dado un mandato, nos pide un cambio real que no admite excusas». Tras el triunfo, Kast anunció su renuncia al Partido Republicano, agrupación que él mismo fundó.
La filosofía del «gobierno de emergencia»
Kast promueve la instauración de un «gobierno de emergencia» centrado en abordar problemas urgentes. En su primer discurso a los chilenos, adelantó que sus tres prioridades fundamentales serán seguridad, inmigración y progreso económico, para las cuales se tomarán «decisiones difíciles» que no entregarán resultados inmediatos.
El presidente electo trató de tranquilizar a quienes temen el mayor giro a la derecha Chile desde 1990, al aclarar el sentido de su propuesta de urgencia:
> «La emergencia no significa para nada autoritarismo. La emergencia significa una cosa muy simple: prioridad, urgencia y cumplimiento.»
Mano dura y control migratorio como pilares
Para enfrentar la criminalidad, tema que dominó la campaña, Kast refrendó su agenda de «mano dura» contra quienes incumplan la ley:
- Prometió tener «mucha firmeza contra la delincuencia, el crimen organizado, la impunidad y el descontrol».
- También dijo que es necesario tener «mucha grandeza para reconstruir la convivencia, el respeto y la confianza de nuestros compatriotas».
Respecto al orden público, Kast aseguró que su gobierno permitirá las protestas de los jóvenes, pero advirtió que no tolerará el quebrantamiento del orden. Señaló que perseguirán a quienes cometan delitos, pues «Chile no puede acostumbrarse al miedo. Chile no puede acostumbrarse al fuego».
En materia migratoria, el político prometió un control estricto, anunciando que los migrantes que cometan faltas no tendrán cabida en el país sudamericano. «Nosotros queremos recibirlos, pero cumpliendo la ley. El que no cumpla la ley se tiene que ir. Y si un amigo extranjero, que está radicado, infringe la ley, se tiene que ir», afirmó.
El panorama económico y social
Kast avizoró un escenario económico complejo para el país, por lo que pidió paciencia a los chilenos para poder ver resultados. «Vamos a tener un año duro, muy duro. Porque las finanzas del país no están bien», sentenció.
Además de los problemas económicos, el abogado consideró que Chile enfrenta serias dificultades en otras áreas clave, como:
- Un «tremendo drama en salud».
- Problemas urgentes en vivienda y educación.
Kast enfatizó que los cambios no llegan «de un día para otro», pero que él promete trabajo, orden, carácter, decisión y convicción para superar los momentos difíciles que requerirán «tomar decisiones muy relevantes».
El perfil ultraderechista y sus influencias internacionales
El triunfo de Kast confirma el giro a la derecha Chile más radical desde el regreso de la democracia en 1990. Análisis indican que su narrativa de aplicar «mano dura» contra la delincuencia y la migración irregular fue un factor clave que influye cada vez más en el electorado de América Latina.
Kast, en su tercer intento por la presidencia, ha sido comparado con varias figuras políticas internacionales debido a sus propuestas y su estilo:
- Donald Trump: Uno de sus adherentes llevaba una gorra con la consigna «Hagamos a Chile Grande de Nuevo», inspirada en el eslogan del presidente de Estados Unidos. Kast también busca generar más autodeportaciones de extranjeros indocumentados, una política asociada a Trump.
- Nayib Bukele: Reivindica el modelo de «mano dura» del presidente salvadoreño, llegando a visitar su megacárcel el año pasado para conocer su funcionamiento, a pesar de las denuncias de violaciones de derechos humanos.
- Javier Milei: En el plano económico, Kast propone un drástico ajuste fiscal de US$6.000 millones en 18 meses bajo el eslogan de «recortar el gasto político». Sus asesores han utilizado expresiones como «casta política» y «parásitos del Estado», propias del presidente argentino.
Sombras del pasado y el desafío legislativo
El pasado de Kast y su familia ha sido un tema constante de debate. Es el menor de diez hijos de un matrimonio de alemanes que emigró a Chile después de la Segunda Guerra Mundial. Documentos de 1942 del Archivo Federal en Alemania han sugerido que su padre, Michael Kast, fue miembro del partido nazi a los 18 años, un extremo que José Antonio Kast ha negado.
Kast ha defendido el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990), un periodo marcado por graves violaciones de derechos humanos. Aunque niega avalar los abusos, Kast sostuvo que «en el gobierno militar se hicieron muchas cosas por los derechos humanos de otras personas» y valoró que con Pinochet hubo una «transición a la democracia». Su hermano mayor, Miguel Kast, fue ministro y presidente del Banco Central en dicho régimen.
A pesar de haber logrado una victoria contundente, Kast no tendrá mayoría absoluta en el Congreso. Esto implica que deberá construir acuerdos para poder cumplir con algunas de sus promesas, marcando el inicio de una nueva etapa con un experimento ultraderechista con resultados inciertos. Desde este lunes, iniciará el proceso de transición con el presidente Gabriel Boric, con quien sostendrá una reunión en el palacio de La Moneda antes de asumir el poder el 11 de marzo de 2026.
El electorado chileno ha optado por el pragmatismo y el orden, forzando un quiebre histórico con la alternancia de centroizquierda y centroderecha que dominó desde 1990. La contundencia del triunfo de José Antonio Kast no solo sella un giro a la derecha Chile radical, sino que también pone a prueba el límite entre un «gobierno de emergencia» y la solidez institucional en un país que aún carga con los fantasmas de su pasado dictatorial. ¿Podrá la promesa de orden absoluto conciliarse con la necesidad de unidad y el respeto a la democracia que exige la oposición?











