La economía mexicana se enfrenta a una encrucijada crítica. Tras meses de relativa calma, la inflación México noviembre 2025 se disparó al 3.8% anual, la cifra más alta registrada en cinco meses. Este repunte en los precios genera una intensa presión sobre el Banco de México, obligándolo a reevaluar su estrategia de estabilidad financiera en un entorno de alta sensibilidad política.
La aceleración inflacionaria desafía las proyecciones de Banxico
La lectura del 3.8% registrada en el índice nacional de precios al consumidor (INPC) durante noviembre de 2025 marca un punto de inflexión. Este dato, obtenido de las mediciones oficiales, confirma que las presiones externas e internas están dificultando la convergencia de la inflación hacia el objetivo puntual del 3% de la institución central.
Analistas especializados en el sector económico de la Ciudad de México señalan que el incremento se debe principalmente a tres factores clave:
- El aumento persistente en el costo de los energéticos.
- La volatilidad en los precios de productos agropecuarios esenciales.
- Una depreciación marginal del peso mexicano frente al dólar.
El dilema del Banco de México ante el 3.8%
El Consejo de Gobierno del Banco de México (Banxico), liderado por su actual gobernador, se encuentra en una situación comprometida. El incremento del 3.8%, siendo la tasa más alta en cinco meses, reaviva la discusión sobre la necesidad de mantener una postura monetaria restrictiva.
Fuentes confidenciales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) indican que existe una preocupación silenciosa sobre la posibilidad de que este repunte se consolide. La decisión de Banxico impactará directamente la tasa de referencia y, consecuentemente, el costo del crédito para empresas y familias en todo el país.
Datos clave de la aceleración:
- Noviembre de 2025: Inflación anual del 3.8%.
- Aceleración: La cifra más elevada en 5 meses.
- Impacto: Riesgo en las expectativas de estabilidad económica de México.
La subida obliga a redefinir las expectativas del mercado. Si bien la inflación subyacente (la que excluye los componentes más volátiles como energéticos y alimentos) muestra una tendencia más controlada, el componente no subyacente es el que ha disparado los temores.
Presiones políticas y el riesgo de inestabilidad económica
En el contexto de la próxima jornada electoral, la estabilidad económica se convierte en un arma política. Un aumento sostenido de la inflación, tal como lo sugiere el 3.8% de noviembre, podría minar la confianza de los inversionistas extranjeros en el mercado mexicano.
El papel de la Junta de Gobierno de Banxico es crucial. Deben demostrar su autonomía y compromiso con el mandato constitucional de preservar el poder adquisitivo de la moneda, incluso si esto significa tomar decisiones impopulares que puedan tensar las relaciones con el Palacio Nacional. La historia de México ha demostrado que la credibilidad de la política monetaria es el activo más valioso en tiempos de turbulencia.
La cifra de noviembre de 2025 no es solo un dato estadístico; es una señal de alerta que impacta directamente el bolsillo de los ciudadanos y la estrategia de la banca central. ¿Podrá el Banco de México mantener su independencia y controlar esta aceleración inflacionaria antes de que se convierta en una crisis de confianza más profunda para la economía mexicana?
