La recta final de las elecciones presidenciales de Honduras en 2025 se ha visto sacudida por una inusual intervención desde Estados Unidos. Rixi Moncada, la candidata oficialista, denunció públicamente la injerencia electoral Honduras 2025 de Donald Trump, calificando sus movimientos como «dos actos de campaña» que buscan reintroducir el crimen organizado.
La candidata Moncada denuncia el asedio de Washington
Este sábado (29.11.2025), a solo tres días de los comicios generales en Honduras, la contienda se elevó a escala internacional. Rixi Moncada, candidata presidencial por el gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre) de izquierda, señaló directamente al presidente estadounidense, Donald Trump, de realizar acciones «injerencistas” en el proceso electoral del domingo.
Moncada, cuya candidatura fue apoyada en un rally en San Pedro Sula el 30 de agosto de 2025, aseguró que los mensajes de Trump son «dos actos de campaña» a favor de sus supuestos «candidatos títeres”:
- Nasry Asfura, del Partido Nacional.
- Salvador Nasralla, del Partido Liberal.
«No hay duda de que hay dos acciones concretas, tres días antes de las elecciones, que son totalmente intervencionistas”, dijo Moncada, añadiendo que la situación, aunque grave, «no nos sorprende”. A pesar de que Trump la considera «comunista», la candidata oficialista afirmó que Honduras mantiene «una buena relación” con Estados Unidos.
Las dos acciones concretas que activaron la crisis
La denuncia de la candidata de Libre se centra en dos movimientos específicos realizados por Donald Trump en redes sociales y a través de anuncios oficiales:
- Respaldo directo a la derecha: Trump instó a los hondureños a votar por el empresario derechista Nasry Asfura, del Partido Nacional.
- Advertencia económica: Trump afirmó que Estados Unidos no “invertiría dinero” en Honduras si Moncada o Salvador Nasralla ganaban las elecciones.
El polémico indulto de Juan Orlando Hernández
La acción más criticada por Rixi Moncada fue el anuncio del indulto a favor del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, hecho por Trump el viernes, justo antes de las elecciones. Hernández cumple en Estados Unidos una condena a 45 años de cárcel por narcotráfico, dictada por un tribunal estadounidense.
Moncada fue contundente en su rechazo del indulto, calificándolo como «un crimen» y sosteniendo que pretende «reintroducir al crimen organizado” en la política hondureña. La candidata acusó a Hernández de ser un “narco” y el «mayor narcotraficante en la historia de Honduras”, y lo señaló por “infectar y envenenar a la sociedad estadounidense” con cocaína enviada desde Honduras a Estados Unidos.
La candidata de Libre acusó a «grupos económicos y a la oligarquía” de orquestar el retorno del expresidente:
> «La oligarquía salió corriendo a Washington para que le perdonen a su capo principal y traerlo en pleno proceso electoral. Este pueblo los va a derrotar de nuevo”, sostuvo.
Moncada aseguró que esta maniobra surge «porque los candidatos del bipartidismo no lograron apoyo popular”. Por otra parte, la esposa de Juan Orlando Hernández defendió la decisión de Trump, afirmando que “ha hecho justicia a un inocente”.
El fantasma de la «república bananera»
Para contextualizar el nivel de intromisión, Rixi Moncada comparó la situación actual con capítulos oscuros de la historia nacional. Sostuvo que Honduras ha sido objeto de un «asedio” persistente por parte de políticas y acciones «injerencistas» que se remontan a la época colonial y se extienden hasta la actualidad.
Moncada comparó el respaldo y el indulto de Trump con las “Guerras del Plátano” a principios del siglo XX, cuando Estados Unidos invadió y ocupó repetidamente países en Centroamérica y el Caribe para proteger los intereses agrícolas estadounidenses.
> «Siempre hemos estado asediados por comportamientos y acciones intervencionistas, que se remontan a la época colonial y luego con las grandes intervenciones de la era bananera”, puntualizó.
Recordó que fue el escritor O. Henry quien acuñó el término “república bananera” para describir a Honduras durante ese período. Moncada advirtió que «las políticas injerencistas, las del capital sobre la vida de los seres humanos y sus territorios, están ahí” y que dichas prácticas «no han parado”.
La magnitud de la intervención estadounidense, que combina respaldo político con perdones a figuras condenadas por narcotráfico, obliga a Honduras a cuestionar si ha logrado superar la etiqueta histórica de «república bananera». El resultado electoral del domingo no solo definirá al próximo presidente, sino también el futuro de la soberanía nacional frente al persistente asedio del poder económico y político exterior.








